Salmos 115: Dios y los ídolos.
1 NO á nosotros, oh Jehová, no á nosotros, Sino á tu nombre da gloria; Por tu misericordia, por tu verdad.
2 Por qué dirán las gentes: ¿Dónde está ahora su Dios?
3 Y nuestro Dios está en los cielos: Todo lo que quiso ha hecho.
4 Sus ídolos son plata y oro, Obra de manos de hombres.
5 Tienen boca, mas no hablarán; Tienen ojos, mas no verán;
6 Orejas tienen, mas no oirán; Tienen narices, mas no olerán;
7 Manos tienen, mas no palparán; Tienen pies, mas no andarán; No hablarán con su garganta.
8 Como ellos son los que los hacen; Cualquiera que en ellos confía.
9 Oh Israel, confía en Jehová: El es su ayuda y su escudo.
10 Casa de Aarón, confiad en Jehová: El es su ayuda y su escudo.
11 Los que teméis á Jehová, confiad en Jehová: El es su ayuda y su escudo.
12 Jehová se acordó de nosotros: nos bendecirá: Bendecirá á la casa de Israel; Bendecirá á la casa de Aarón.
13 Bendecirá á los que temen á Jehová; A chicos y á grandes.
14 Acrecentará Jehová bendición sobre vosotros; Sobre vosotros y sobre vuestros hijos.
15 Benditos vosotros de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.
16 Los cielos son los cielos de Jehová: Y ha dado la tierra á los hijos de los hombres.
17 No alabarán los muertos á JAH, Ni cuantos descienden al silencio;
18 Mas nosotros bendeciremos á JAH, Desde ahora para siempre. Aleluya.
Reflexión por Noemi Dominguez:
Es probable que estos versículos estuvieran en la mente y el corazón de Jesús la noche anterior a su crucifixión porque este salmo forma parte de los que se cantaban antes de la celebración de la Pascua. Cantar estas palabras debe haberlo conmovido de una manera más allá de lo que nosotros podemos imaginar. “Ningún alma, ni la del compositor del cántico, ni la de cualquiera que lo emplee, entró nunca tan completamente en todo su profundo significado espiritual, como lo hizo el alma de Jesús, como, antes de pasar al Monte de los Olivos, a Getsemaní, al Calvario, la cantó con ese pequeño grupo de hombres “. [Morgan]. También las palabras de este salmo son relevantes para nosotros hoy. Tres veces declara la confianza en Dios dirigiéndose a Él como nuestra ayuda y nuestro escudo. El salmista se pregunta: de donde vendrá mi socorro? [Salmo 121]. Siglos después Pedro clamaría: Señor, a quién iremos? [Juan 6:68]. “Si decidiera negar mi fe y no confiar nunca más en él. No tengo a donde ir. Si despreciara en mi corazón la santa gracia que me salvó, no tengo a donde ir. Convencido estoy que sin tu amor se acabarían mis fuerzas y sin ti mi corazón sediento se muere, se seca. Cerca de ti yo quiero estar de tu presencia no me quiero alejar.” [J.A. Romero]. Dios es nuestra ayuda y nuestro escudo, a quién temeremos? Caminaré hoy con la frente en alto, Dios me socorre y me protege!
Psalms 115: The Futility of Idols and the Trustworthiness of God.
1 Not unto us, O Lord, not unto us, but unto thy name give glory, for thy mercy, and for thy truth’s sake.
2 Wherefore should the heathen say, Where is now their God?
3 But our God is in the heavens: he hath done whatsoever he hath pleased.
4 Their idols are silver and gold, the work of men’s hands.
5 They have mouths, but they speak not: eyes have they, but they see not:
6 They have ears, but they hear not: noses have they, but they smell not:
7 They have hands, but they handle not: feet have they, but they walk not: neither speak they through their throat.
8 They that make them are like unto them; so is every one that trusteth in them.
9 O Israel, trust thou in the Lord: he is their help and their shield.
10 O house of Aaron, trust in the Lord: he is their help and their shield.
11 Ye that fear the Lord, trust in the Lord: he is their help and their shield.
12 The Lord hath been mindful of us: he will bless us; he will bless the house of Israel; he will bless the house of Aaron.
13 He will bless them that fear the Lord, both small and great.
14 The Lord shall increase you more and more, you and your children.
15 Ye are blessed of the Lord which made heaven and earth.
16 The heaven, even the heavens, are the Lord’s: but the earth hath he given to the children of men.
17 The dead praise not the Lord, neither any that go down into silence.
18 But we will bless the Lord from this time forth and for evermore. Praise the Lord.
Reflexion by Noemi Dominguez:
It is likely that these verses were in Jesus’ mind and heart the night before his crucifixion because this psalm is part of those that were sung before the Passover celebration. Singing these words must have moved him in a way beyond what we can imagine. “No soul – neither that of the composer of the song, nor that of anyone who employs it – ever entered so completely into all its deep spiritual significance, as did the soul of Jesus, as, before passing out to Olivet, to Gethsemane, to Calvary, He sang it with that little group of men.” [Morgan]. The words of this psalm are also relevant to us today. Three times the psalmist declares his and our trust in God by turning to Him as our help and our shield. The psalmist wonders: where will my help come from? [Psalm 121]. Centuries later Peter would cry out: Lord, to whom shall we go? [John 6:68]. “If I decided to deny my faith and never trust him again. I have nowhere else to go. If I despised in my heart the holy grace that saved me, I have nowhere else to go. Convinced I am that without your love my strength would end and sin you my thirsty heart dies; dries up. Near you I want to be’ from your presence I do not want to move away. ” [J.A. Romero]. God is our help and our shield, who shall we fear? I will walk today with my head held high, God helps me and protects me!
0 Comments