Isaías 6: Visión y llamamiento de Isaías.
1 EN el año que murió el rey Uzzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas henchían el templo.
2 Y encima de él estaban serafines: cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos: toda la tierra está llena de su gloria.
4 Y los quiciales de las puestas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se hinchió de humo.
5 Entonces dije: Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
6 Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas:
7 Y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién nos irá? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame á mí.
9 Y dijo: Anda, y di á este pueblo: Oid bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis.
10 Engruesa el corazón de aqueste pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos; porque no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.
11 Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas, y sin morador, ni hombre en las casas, y la tierra sea tornada en desierto;
12 Hasta que Jehová hubiere echado lejos los hombres, y multiplicare en medio de la tierra la desamparada.
13 Pues aun quedará en ella una décima parte, y volverá, bien que habrá sido asolada: como el olmo y como el alcornoque, de los cuales en la tala queda el tronco, así será el tronco de ella la simiente santa.
Reina-Valera Antigua (RVA)
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Reflexión por Noemi Dominguez:
El jueves nos sorprendió la devastadora noticia del derrumbe parcial de una torre de 12 pisos en Miami. Los equipos de rescate continúan trabajando día y noche para recorrer una gigantesca pila de acero retorcido y hormigón en busca de sobrevivientes. Lo que dice Isaías acerca de su nación se puede aplicar a este triste acontecimiento. El versículo 11 describe en parte lo que está ocurriendo en el sitio del derrumbe: “hasta que las casas queden deshabitadas.” Y en el 13 agrega: Y si quedare aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida” [Versión Reina Varela Revisada]. Sin duda después que cesen los esfuerzos de rescate, lo que quede del edificio, será destruido. Se duelen nuestros corazones pensando, tanto en las victimas como en sus desesperados familiares y orando para que ambos encuentren en Dios la fortaleza y el consuelo que tanto necesitan. Como la luz del alba de un amanecer después de la oscura noche, el capítulo termina con un rayo de esperanza: “… como el roble y la encina, que al ser cortados aún queda el tronco, así será el tronco, la simiente santa.” [Versión Reina Varela 1960]. Hoy, en el sitio donde antes del 11 de septiembre estaban las torres gemelas de Nueva York, ahora yergue ufana la Torre de la Libertad. Aunque siempre hay consecuencias de nuestras malas decisiones, hay esperanza. Dios puede restaurar, Dios puede reconstruir. ¡No te desanimes! ¡no todo está perdido! Confía en Dios, Él es tu única esperanza.
Isaiah 6: Isaiah Called to Be a Prophet.
1 In the year that king Uzziah died I saw also the Lord sitting upon a throne, high and lifted up, and his train filled the temple.
2 Above it stood the seraphims: each one had six wings; with twain he covered his face, and with twain he covered his feet, and with twain he did fly.
3 And one cried unto another, and said, Holy, holy, holy, is the Lord of hosts: the whole earth is full of his glory.
4 And the posts of the door moved at the voice of him that cried, and the house was filled with smoke.
5 Then said I, Woe is me! for I am undone; because I am a man of unclean lips, and I dwell in the midst of a people of unclean lips: for mine eyes have seen the King, the Lord of hosts.
6 Then flew one of the seraphims unto me, having a live coal in his hand, which he had taken with the tongs from off the altar:
7 And he laid it upon my mouth, and said, Lo, this hath touched thy lips; and thine iniquity is taken away, and thy sin purged.
8 Also I heard the voice of the Lord, saying, Whom shall I send, and who will go for us? Then said I, Here am I; send me.
9 And he said, Go, and tell this people, Hear ye indeed, but understand not; and see ye indeed, but perceive not.
10 Make the heart of this people fat, and make their ears heavy, and shut their eyes; lest they see with their eyes, and hear with their ears, and understand with their heart, and convert, and be healed.
11 Then said I, Lord, how long? And he answered, Until the cities be wasted without inhabitant, and the houses without man, and the land be utterly desolate,
12 And the Lord have removed men far away, and there be a great forsaking in the midst of the land.
13 But yet in it shall be a tenth, and it shall return, and shall be eaten: as a teil tree, and as an oak, whose substance is in them, when they cast their leaves: so the holy seed shall be the substance thereof.
King James Version (KJV)
Public Domain
Reflexion by Noemi Dominguez:
On Thursday we were shocked by the devastating news of the partial collapse of a 12-story tower in Miami. Rescue teams continue to workday and night to into the night to scour through a mammoth pile of twisted steel and concrete in search of survivors. What Isaiah says about his nation can be applied to this sad event. Verse 11 describes in part what is happening at the site of the collapse: “until there is no one left living in the houses and the land is destroyed and empty.” And in the 13th, he adds: “A tenth of the people will be allowed to stay in the land, but it will be destroyed again”[Easy-to-Read Version]. No doubt after the rescue efforts cease, whatever remains of the building will be destroyed. Our hearts hurt thinking about both, the victims and their desperate relatives praying that both will find in God the strength and comfort they so desperately need. Like the light of dawn of a sunrise after the dark night, the chapter ends with a ray of hope: “… They will be like an oak tree. When the tree is chopped down, a stump is left. This stump will be a very special seed that will grow again. ” [Easy-to-Read Version]. Today, on the site where before September 11 were the twin towers of New York, now stands the Freedom Tower. Although there are always consequences of our bad decisions, there is hope. God can restore, God can rebuild. Don’t be discouraged! all is not lost! Trust god, He is your only hope.
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