Salmos 1: Contraste entre el justo y los impíos

Salmos 1: Contraste entre el justo y los impíos

Salmos 1: Contraste entre el justo y los impíos.

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1 Dichoso es quien
no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los burladores,
2 sino que en la Ley del Señor se deleita
y día y noche medita en ella.
3 Es como el árbol plantado a la orilla de un río
que, cuando llega su tiempo, da fruto
y sus hojas jamás se marchitan.
Todo cuanto hace prospera.

4 En cambio, los malvados
son como paja arrastrada por el viento.
5 Por eso no se sostendrán los malvados en el juicio
ni los pecadores en la asamblea de los justos.

6 Porque el Señor cuida el camino de los justos,
mas la senda de los malvados lleva a la perdición.

New International Version (NIV)

Holy Bible, New International Version®, NIV® Copyright ©1973, 1978, 1984, 2011 by Biblica, Inc.® Used by permission. All rights reserved worldwide.


Reflexión por Noemi Dominguez:

“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; … [versículo 3, RV 1960]. Cerca de nuestro hogar hay un buen número de árboles perales que, a pesar de estar junto a un lago, cuando pasa una tormenta todas sus hojas se marchitan y se secan. Otra cosa me llama aún más la atención, esos árboles perales no dan fruto. Tienen apariencia de vida, pero sus hojas son las primeras en secarse y caer. No así el fiel creyente que “…da su fruto en su tiempo … Como los perales del cercano lago, así el hombre sin Dios, tiene apariencia de vida, pero por dentro está seco. Porque “no son los muertos los que en dulce paz disfrutan de la tumba fría, muertos son los que el alma tienen muerta y viven todavía” [Gustavo Adolfo Bécquer] ¿Será que sus raíces no llegan al lago? O ¿será que su naturaleza, como la del ser humano que no conoce realmente a Dios, es así, efímera y superficial? Da hojas, pero no da fruto. Jesús nos revela el secreto de una vida fructífera, Él dijo: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.” [Juan 15:5, Biblia de las Américas]. Amado Jesús, quiero vivir cada día más cerca de Ti para que Tú produzcas en mí el fruto de Tu Santo Espíritu.


Pslams 1: The righteous and the wicked contrasted.

1 Blessed is the one
who does not walk in step with the wicked
or stand in the way that sinners take
or sit in the company of mockers,
2 but whose delight is in the law of the Lord,
and who meditates on his law day and night.
3 That person is like a tree planted by streams of water,
which yields its fruit in season
and whose leaf does not wither—
whatever they do prospers.

4 Not so the wicked!
They are like chaff
that the wind blows away.
5 Therefore the wicked will not stand in the judgment,
nor sinners in the assembly of the righteous.

6 For the Lord watches over the way of the righteous,
but the way of the wicked leads to destruction.

New International Version (NIV)

Holy Bible, New International Version®, NIV® Copyright ©1973, 1978, 1984, 2011 by Biblica, Inc.® Used by permission. All rights reserved worldwide.


Reflexion by Noemi Dominguez:

” is like a tree planted by streams of water, which yields its fruit in season and whose leaf does not wither … [verse 3, NIV]. Near our home there are a number of pear trees that, despite being next to a lake, all their leaves wither and dry out and when a storm passes. Another thing catches my attention even more, those pear trees do not bear fruit. They have the appearance of life, but their leaves are the first to dry and fall. Not so the faithful believer who “… it bears fruit in its season. Like the pear trees of the nearby lake, so man without God has the appearance of life, but inside he is dry. Because “it is not the dead who in sweet peace enjoy the cold grave, dead are those whose soul has dead and still live” [G. A. Becquer] Could it be that their roots do not reach the lake? Or could it be that his nature, like that of the human being who does not really know God, is like this, ephemeral and superficial? It bears leaves, but has no fruit. Jesus reveals to us the secret of a fruitful life, He said: “I am the vine; you are the branches. If you remain in me and I in you, you will bear much fruit; apart from me you can do nothing.” [John 15:5, NIV]. Dear Jesus, I want to live closer to You every day so that You may produce in me the fruit of Your Holy Spirit.

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