Zacarías 2: Llamamiento a los cautivos.
1 ALCÉ después mis ojos, y miré y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir.
2 Y díjele: ¿A dónde vas? Y él me respondió: A medir á Jerusalem, para ver cuánta es su anchura, y cuánta su longitud.
3 Y he aquí, salía aquel ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro,
4 Y díjole: Corre, habla á este mozo, diciendo: Sin muros será habitada Jerusalem á causa de la multitud de los hombres, y de las bestias en medio de ella.
5 Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y seré por gloria en medio de ella.
6 Eh, eh, huid de la tierra del aquilón, dice Jehová, pues por los cuatro vientos de los cielos os esparcí, dice Jehová.
7 Oh Sión, la que moras con la hija de Babilonia, escápate.
8 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Después de la gloria me enviará él á las gentes que os despojaron: porque el que os toca, toca á la niña de su ojo.
9 Porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo á sus siervos, y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió.
10 Canta y alégrate, hija de Sión: porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová.
11 Y uniránse muchas gentes á Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado á ti.
12 Y Jehová poseerá á Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún á Jerusalem.
13 Calle toda carne delante de Jehová, porque él se ha despertado de su santa morada.
Reflexión por Noemi Dominguez:
Fueron un fin de año y un comienzo de uno nuevo muy diferentes. Amanecí con un dolor insoportablemente fuerte en mi ojo izquierdo. Era un día festivo y todo estaba cerrado. Nos atrevimos a llamar al oftalmólogo quien, entendiendo el dolor que estaba pasando, a las siete de la mañana de un primero de año, me atendió en su consultorio. Esto me revela la empatía de Dios para con nosotros los seres humanos. “Porque así dice el Señor de los ejércitos, cuya gloria me ha enviado contra las naciones que os despojaron, porque el que os toca, toca la niña de su ojo.” [versículo 8, Biblia de las Américas]. Dios conoce y reacciona a nuestro dolor cuando somos abusados o defraudados. “He aquí, alzaré mi mano contra ellas, y serán despojo para sus esclavos.” [versículo 9, Biblia de las Américas]. Dios no está dormido; Él está atento a nuestro dolor. Por esta razón les promete a ellos y a nosotros, “Porque yo mismo, que soy el Señor, seré su muro de protección, seré como una muralla de fuego a su alrededor, y además haré sentir siempre mi poderosa presencia dentro de ella” [versículo 5, Nueva Biblia Viva]. Aún cuando el enemigo con el permiso divino atraviesa la muralla de protección y parece que todo está perdido, la presencia del Señor y Su gloria puede y quiere manifestarse dentro de nosotros. No te desesperes, quien te toca a ti toca la niña de Sus ojos.
Zechariah 2: Vision of the Measuring Line.
1 I lifted up mine eyes again, and looked, and behold a man with a measuring line in his hand.
2 Then said I, Whither goest thou? And he said unto me, To measure Jerusalem, to see what is the breadth thereof, and what is the length thereof.
3 And, behold, the angel that talked with me went forth, and another angel went out to meet him,
4 And said unto him, Run, speak to this young man, saying, Jerusalem shall be inhabited as towns without walls for the multitude of men and cattle therein:
5 For I, saith the Lord, will be unto her a wall of fire round about, and will be the glory in the midst of her.
6 Ho, ho, come forth, and flee from the land of the north, saith the Lord: for I have spread you abroad as the four winds of the heaven, saith the Lord.
7 Deliver thyself, O Zion, that dwellest with the daughter of Babylon.
8 For thus saith the Lord of hosts; After the glory hath he sent me unto the nations which spoiled you: for he that toucheth you toucheth the apple of his eye.
9 For, behold, I will shake mine hand upon them, and they shall be a spoil to their servants: and ye shall know that the Lord of hosts hath sent me.
10 Sing and rejoice, O daughter of Zion: for, lo, I come, and I will dwell in the midst of thee, saith the Lord.
11 And many nations shall be joined to the Lord in that day, and shall be my people: and I will dwell in the midst of thee, and thou shalt know that the Lord of hosts hath sent me unto thee.
12 And the Lord shall inherit Judah his portion in the holy land, and shall choose Jerusalem again.
13 Be silent, O all flesh, before the Lord: for he is raised up out of his holy habitation.
Reflexion by Noemi Dominguez:
It was a very different end of the year and the beginning of a new one. I woke up with excruciatingly severe pain in my left eye. It was a national holiday, and everything was closed. We dared to call the ophthalmologist who, understanding the pain I was going through, at seven in the morning of the first day of the year, he took care of me in his office. This incident revealed to me God’s empathy for us human beings. “This is what Yahweh … says: Afterwards, the Glory sent me to the nations who looted you. Whoever touches you touches the apple of his eye.” [verse 8, Names of God Bible]. God knows and reacts to our pain when we are abused or let down. “For surely I will shake My hand against them, and they shall become spoil for their servants.” [verse 9, New King James Version]. God is not asleep; He is aware of our pain. For this reason, he promises them and us, “And I’ll be right there with her’—God’s Decree— ‘a wall of fire around unwalled Jerusalem and a radiant presence within.” [verse 5, The Message]. Even when the enemy with divine permission breaks through the wall of protection and it seems that all is lost, the presence of the Lord and His glory can and wants to manifest itself within us. Do not despair, whoever touches you touches the apple of His eye!
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