Salmos 67: ¡Que te alaben todos los pueblos!.
1 Al Músico principal: en Neginoth: Salmo: Cántico. DIOS tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre nosotros (Selah);
2 Para que sea conocido en la tierra tu camino, En todas las gentes tu salud.
3 Alábente los pueblos, oh Dios; Alábente los pueblos todos.
4 Alégrense y gocénse las gentes; Porque juzgarás los pueblos con equidad, Y pastorearás las naciones en la tierra. (Selah.)
5 Alábente los pueblos, oh Dios: Todos los pueblos te alaben.
6 La tierra dará su fruto: Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.
7 Bendíganos Dios, Y témanlo todos los fines de la tierra.
Reina-Valera Antigua (RVA)
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Reflexión por Noemi Dominguez:
“Al músico principal” es parte del título de este salmo. Quien fuera tal músico realmente no importa; y quiénes podemos nosotros ser, también es de pequeña consecuencia, siempre y cuando el Señor sea glorificado. Pocas fueron sus palabras pero mucho su contenido. El salmo comienza con las conocidas palabras de la bendición sacerdotal [Números 6: 24-26] que incluyen la expresión: “¡Que resplandezca tu rostro cuando nos miras desde lo alto! [versículo 1, Nueva Versión Internacional]. La palabra hebrea para rostro es panim, esta palabra aparece varias veces en el Antiguo Testamento en combinación con Dios o el Señor. En la mayoría de los casos, el rostro del Señor es una referencia a la presencia de Dios y su brillo expresa el beneplácito divino. Cuando caminamos a la luz de Su resplandor el nos gobierna y pastorea [versículo 4], el resultado se manifiesta en conocer más profundamente a Dios, [versículo 2], en alabanza [versículos 3 y 5],y en alegría [versículo 4]; y la tierra dará su fruto [versículo 6]. “Se que es tu fidelidad que lleva mi vida mas alla de lo que pueda imaginar se que no puedo negar que tu mirada puesta en mi me llena de tu paz” [M. Witt].
Psalm 67: An Invocation and a Doxology.
1 God be merciful unto us, and bless us; and cause his face to shine upon us; Selah.
2 That thy way may be known upon earth, thy saving health among all nations.
3 Let the people praise thee, O God; let all the people praise thee.
4 O let the nations be glad and sing for joy: for thou shalt judge the people righteously, and govern the nations upon earth. Selah.
5 Let the people praise thee, O God; let all the people praise thee.
6 Then shall the earth yield her increase; and God, even our own God, shall bless us.
7 God shall bless us; and all the ends of the earth shall fear him.
King James Version (KJV)
Public Domain
Reflexion by Noemi Dominguez:
“To the lead musician” is part of the title of this psalm. Who actually that musician was really doesn’t matter; and who we can be, is also of small consequence, as long as the Lord is glorified. Few were the psalmist words but much its content. The psalm begins with the well-known words of the priestly blessing [Numbers 6: 24-26] which includes the expression: ” Let God grant us grace and bless us; let God make his face shine on us, [verse 1, Common English Version]. The Hebrew word for face is panim; this word appears several times in the Old Testament in combination with the terms “God” or “the Lord”. In most cases, the face of the Lord is a reference to God’s presence and his brightness expresses divine approval. When we walk in the light of His splendor, He governs and shepherds us [verse 4], the result is manifested in a deeper knowledge of God, [verse 2], in praise [verse3 and 5], and in joy [verse 4]; and the earth will bear abundant harvest [verse 6]. “I know it is your faithfulness that takes my life beyond what I can even imagine, I know that I cannot deny that your gaze on me fills me with your peace.” [M. Witt]. And so, we say: Shine, Jesus, shine!
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