Salmos 38: Oración de un penitente.
1 Salmo de David, para recordar. JEHOVA, no me reprendas en tu furor, Ni me castigues en tu ira.
2 Porque tus saetas descendieron á mí, Y sobre mí ha caído tu mano.
3 No hay sanidad en mi carne á causa de tu ira; Ni hay paz en mis huesos á causa de mi pecado.
4 Porque mis iniquidades han pasado mi cabeza: Como carga pesada se han agravado sobre mí.
5 Pudriéronse, corrompiéronse mis llagas, A causa de mi locura.
6 Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, Ando enlutado todo el día.
7 Porque mis lomos están llenos de irritación, Y no hay sanidad en mi carne.
8 Estoy debilitado y molido en gran manera; Bramo á causa de la conmoción de mi corazón.
9 Señor, delante de ti están todos mis deseos; Y mi suspiro no te es oculto.
10 Mi corazón está acongojado, hame dejado mi vigor; Y aun la misma luz de mis ojos no está conmigo.
11 Mis amigos y mis compañeros se quitaron de delante de mi plaga; Y mis cercanos se pusieron lejos.
12 Y los que buscaban mi alma armaron lazos; Y los que procuraban mi mal hablaban iniquidades, Y meditaban fraudes todo el día.
13 Mas yo, como si fuera sordo no oía; Y estaba como un mudo, que no abre su boca.
14 Fuí pues como un hombre que no oye, Y que en su boca no tiene reprensiones.
15 Porque á ti, oh Jehová, esperé yo: Tú responderás, Jehová Dios mío.
16 Porque dije: Que no se alegren de mí: Cuando mi pie resbalaba, sobre mí se engrandecían.
17 Empero yo estoy á pique de claudicar, Y mi dolor está delante de mí continuamente.
18 Por tanto denunciaré mi maldad; Congojaréme por mi pecado.
19 Porque mis enemigos están vivos y fuertes: Y hanse aumentado los que me aborrecen sin causa:
20 Y pagando mal por bien Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
21 No me desampares, oh Jehová: Dios mío, no te alejes de mí.
22 Apresúrate á ayudarme, Oh Señor, mi salud.
Reina-Valera Antigua (RVA)
by Public Domain
Reflexión por Noemi Dominguez:
Este salmo ilustra la vida de David en términos de una embarcación que se está hundiendo como si fuera una sucesión de tres pulsos cortos, tres largos y otros tres cortos que en Morse transmiten lo que nosotros conocemos como SOS. Si bien esta sigla que se hizo famosa con las ultimas transmisiones del Titanic no representa frases o palabras, en inglés se le ha dado como traducción “salva nuestra alma,” “salva nuestra embarcación” o “envíanos socorro.” El salmista sintiendo el peso del pecado expresa mucho más de los que esas tres letras puedan expresar. Este salmo es el clamor del corazón de quien ya no puede llevar más sobre su conciencia la pesada carga del pecado. Este salmo también muestra que David encontró la solución: confesaré mi maldad [versículo 18]. David no busca ayuda en nadie más sino en Dios quien solo podría dar alivio a su pesar. Como vimos en el Salmo 32, David encontró la paz que proviene del perdón cuando confesó su pecado. No dejes que se acumule una lista tan larga como el salmo describe. Mantiene tu cuenta al día con Dios confesando inmediatamente tu pecado y evitarás mucho del dolor que David sufrió. Es trágico cuando una embarcación transmite un SOS y quienes los reciben están demasiado lejos para llegar a tiempo. Dios nunca está lejos y Dios nunca llega tarde. ¿Ya emitiste tu SOS? No te desesperes tu auxilio ya llegó, deja tu embarcación y aférrate al salvavidas.
Psalm 38: Prayer in Time of Chastening.
1 O Lord, rebuke me not in thy wrath: neither chasten me in thy hot displeasure.
2 For thine arrows stick fast in me, and thy hand presseth me sore.
3 There is no soundness in my flesh because of thine anger; neither is there any rest in my bones because of my sin.
4 For mine iniquities are gone over mine head: as an heavy burden they are too heavy for me.
5 My wounds stink and are corrupt because of my foolishness.
6 I am troubled; I am bowed down greatly; I go mourning all the day long.
7 For my loins are filled with a loathsome disease: and there is no soundness in my flesh.
8 I am feeble and sore broken: I have roared by reason of the disquietness of my heart.
9 Lord, all my desire is before thee; and my groaning is not hid from thee.
10 My heart panteth, my strength faileth me: as for the light of mine eyes, it also is gone from me.
11 My lovers and my friends stand aloof from my sore; and my kinsmen stand afar off.
12 They also that seek after my life lay snares for me: and they that seek my hurt speak mischievous things, and imagine deceits all the day long.
13 But I, as a deaf man, heard not; and I was as a dumb man that openeth not his mouth.
14 Thus I was as a man that heareth not, and in whose mouth are no reproofs.
15 For in thee, O Lord, do I hope: thou wilt hear, O Lord my God.
16 For I said, Hear me, lest otherwise they should rejoice over me: when my foot slippeth, they magnify themselves against me.
17 For I am ready to halt, and my sorrow is continually before me.
18 For I will declare mine iniquity; I will be sorry for my sin.
19 But mine enemies are lively, and they are strong: and they that hate me wrongfully are multiplied.
20 They also that render evil for good are mine adversaries; because I follow the thing that good is.
21 Forsake me not, O Lord: O my God, be not far from me.
22 Make haste to help me, O Lord my salvation.
King James Version (KJV)
Public Domain
Reflexion by Noemi Dominguez:
This psalmist illustrates David’s life in terms of a ship that is sinking as if it were a succession of three short pulses, three long pulses and three other short ones that in Morse convey what we know as SOS. While this acronym that became famous with the final transmissions of the Titanic does not represent phrases or words, it has been given as a translation “Save Our Soul,” “Save Our Ship” or “Send Out Succour.” The Psalmist was feeling the weight of sin and expresses much more than those three letters can ever express. This psalm is the cry of the heart of those who can no longer carry upon their conscience the heavy burden of sin. This psalm also shows that David found the solution: I will confess my sin [verse 18]. David seeks no help in anyone else but in God, a He along could give relief to his sorrow. As we saw in Psalm 32, David found the peace that comes from forgiveness when he confessed his sin. Don’t let a list get too long as the psalmist appears to have done. Keep your account up to date with God by immediately confessing your sin and you will avoid much of the pain David suffered. It’s tragic when a boat transmits an SOS and those who receive it are too far away to get help before is too late. God is never far away and God is never late. Have you broadcast your SOS yet? Don’t despair your help is here, leave your boat and hold on to the Lifeguard.
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