Salmo 95: Cántico de alabanza y de adoración.
1 VENID, celebremos alegremente á Jehová: Cantemos con júbilo á la roca de nuestra salud.
2 Lleguemos ante su acatamiento con alabanza; Aclamémosle con cánticos.
3 Porque Jehová es Dios grande; Y Rey grande sobre todos los dioses.
4 Porque en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas.
5 Suya también la mar, pues él la hizo; Y sus manos formaron la seca.
6 Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro hacedor.
7 Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. Si hoy oyereis su voz,
8 No endurezcáis vuestro corazón como en Meriba, Como el día de Masa en el desierto;
9 Donde me tentaron vuestros padres, Probáronme, y vieron mi obra.
10 Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos.
11 Por tanto juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo.
Reina-Valera Antigua (RVA)
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Reflexión por Noemi Dominguez:
“Dios nos ama a cada uno de nosotros como si solo existiera uno de nosotros, así deberíamos adorar a Dios como el único Dios verdadero” [San Agustín] porque cuando alabo y adoro a Dios me conecto con Él; cuando miro a mi alrededor me desconecto de Dios. Quien escucha Su voz puede adorarle, postrarse o arrodillarse delante de Su Hacedor. Cuando oigo Su voz le reconozco como Dios grande y Rey grande sobre todos los dioses, Dios Salvador y creador. Cuando oigo Su voz le puedo seguir porque Él conoce mi nombre y yo conozco Su voz [Juan 10:3-4]. “El buen Pastor al verme perdido e infeliz, llegando a donde estaba me trajo a su redil y al ver que Cristo me salvó, el cielo entero se alegró. Me señaló sus llagas, su sangre me mostró. Me dijo: «Por salvarte la vida puse Yo». Jamás oí tan dulce voz, llénome de la paz de Dios”. Si oyeres hoy Su voz no endurezcas tu corazón [versículo 8].
Psalm 95: A Call to Worship and Obedience.
1 O come, let us sing unto the Lord: let us make a joyful noise to the rock of our salvation.
2 Let us come before his presence with thanksgiving, and make a joyful noise unto him with psalms.
3 For the Lord is a great God, and a great King above all gods.
4 In his hand are the deep places of the earth: the strength of the hills is his also.
5 The sea is his, and he made it: and his hands formed the dry land.
6 O come, let us worship and bow down: let us kneel before the Lord our maker.
7 For he is our God; and we are the people of his pasture, and the sheep of his hand. To day if ye will hear his voice,
8 Harden not your heart, as in the provocation, and as in the day of temptation in the wilderness:
9 When your fathers tempted me, proved me, and saw my work.
10 Forty years long was I grieved with this generation, and said, It is a people that do err in their heart, and they have not known my ways:
11 Unto whom I sware in my wrath that they should not enter into my rest.
King James Version (KJV)
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Reflexion by Noemi Dominguez:
“God loves each of us as if there is only one of us, so we should worship God as the one true God” [San Agustin] because when I praise and worship God I connect with Him; when I look around I disconnect from God. Whoever hears His voice can worship Him, prostrate, or kneel before His Maker. When I hear His voice, I recognize Him as the great God and the great King over all the gods, God the Savior and the Creator. When I hear His voice, I can follow Him because He knows my name and I know His voice [John 10:3-4]. ” In tenderness He sought me, weary and sick with sin, and on His shoulders brought me back to His fold again. While angels in His presence sang until the courts of heaven rang. He washed the bleeding sin-wounds and poured in oil and wine; He whispered to assure me, “I’ve found thee, thou art Mine;” I never heard a sweeter voice; It made my aching heart rejoice!”. If today, you hear His voice do not harden your heart [verse 8].
2 Comments
Aida Contreras.
Amen, Gloria a Dios.
Que Gozo tan grànde embarga al corazòn.
Adorarle con pasion; explosion del , con cànticos
de Alabanza al Dios de nuestra Salvaciòn.
Dicha tàn grànde hay en mi ser, al saberme amada, por
El Dios què conoce mi nombre, y Yô le conozco a El.
Bendito sea el Señor, ahora y por Siempre, por El,
existiò yo., Te Alabo mi Señor, Recibe nuestra Adoraciòn.
Alejandro Vilchis
Gracias por su reflexión. El amor de Dios es tan grande que no se olvida de ninguno de sus hijos, no importa si no le escuchamos el esta siempre llamándonos