Juan 5:1-18: El paralítico de Betesda.
1 DESPUÉS de estas cosas, era un día de fiesta de los Judíos, y subió Jesús á Jerusalem.
2 Y hay en Jerusalem á la puerta del ganado un estanque, que en hebraico es llamado Bethesda, el cual tiene cinco portales.
3 En éstos yacía multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que estaban esperando el movimiento del agua.
4 Porque un ángel descendía á cierto tiempo al estanque, y revolvía el agua; y el que primero descendía en el estanque después del movimiento del agua, era sano de cualquier enfermedad que tuviese.
5 Y estaba allí un hombre que había treinta y ocho años que estaba enfermo.
6 Como Jesús vió á éste echado, y entendió que ya había mucho tiempo, dícele: ¿Quieres ser sano?
7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el estánque cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido.
8 Dícele Jesús: Levántate, toma tu lecho, y anda.
9 Y luego aquel hombre fué sano, y tomó su lecho, é íbase. Y era sábado aquel día.
10 Entonces los Judíos decían á aquel que había sido sanado: Sábado es: no te es lícito llevar tu lecho.
11 Respondióles: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.
12 Preguntáronle entonces: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?
13 Y el que había sido sanado, no sabía quién fuese; porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.
14 Después le halló Jesús en el templo, y díjole: He aquí, has sido sanado; no peques más, porque no te venga alguna cosa peor.
15 El se fué, y dió aviso á los Judíos, que Jesús era el que le había sanado.
16 Y por esta causa los Judíos perseguían á Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado.
17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora obra, y yo obro.
18 Entonces, por tanto, más procuraban los Judíos matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también á su Padre llamaba Dios, haciéndose igual á Dios.
Reflexión por Noemi Dominguez:
“De repente sentí que era lo mismo para mí si el mundo existía o si nunca había habido nada en absoluto: comencé a sentir con todo mi ser que no había nada existente”. [anónima]. Esta semana traté de alentar a alguien de quien escuché, en medio de su enfermedad y soledad, decir: “no doy más, no puedo seguir así.” “Señor, no tengo a nadie …” [versículo 7, Biblia de Las Américas]. El enfermo de la escena de hoy tendría muchos conocidos que día tras día se encontraban alrededor del estanque junto a una de las puertas en la muralla que rodeaba a Jerusalén; tendría muchos conocidos pero no tenía ningún amigo. Esta persona no tenía cuatro amigos que lo llevaran a Jesús como el paralítico de Marcos capítulo 2, quienes hicieron lo “imposible” por ayudarlo. Después de treinta y ocho años de enfermedad no solo ya no tenía fuerzas, tampoco tenía esperanza. Me llama la atención que de todos los enfermos que estaban allí, Jesus se interesó en éste en particular. Me llama también la atención que en medio de su desesperanza, aún así, éste, estaba allí. Me extraña también que aún después de haber sido sanado, todavía no sabía que era Jesús quien le dio la sanidad. Lo que no me extraña es que Jesus se haya interesado en él. “Cuando Jesús lo vio acostado allí y supo que ya llevaba mucho tiempo en aquella condición, le dijo: ¿Quieres ser sano? [versículo 7, Biblia de las Américas]. Me llama aún más la atención que Dios se haya interesado en mí. ¿Hace mucho tiempo que estás en una situación “imposible”? ¿No tienes a nadie? No te desesperes, no te desanimes, sigue luchando, sigue creyendo, Jesús está interesado en ti.
Jonh 5: A Man Healed at the Pool of Bethesda.
1 After this there was a feast of the Jews; and Jesus went up to Jerusalem.
2 Now there is at Jerusalem by the sheep market a pool, which is called in the Hebrew tongue Bethesda, having five porches.
3 In these lay a great multitude of impotent folk, of blind, halt, withered, waiting for the moving of the water.
4 For an angel went down at a certain season into the pool, and troubled the water: whosoever then first after the troubling of the water stepped in was made whole of whatsoever disease he had.
5 And a certain man was there, which had an infirmity thirty and eight years.
6 When Jesus saw him lie, and knew that he had been now a long time in that case, he saith unto him, Wilt thou be made whole?
7 The impotent man answered him, Sir, I have no man, when the water is troubled, to put me into the pool: but while I am coming, another steppeth down before me.
8 Jesus saith unto him, Rise, take up thy bed, and walk.
9 And immediately the man was made whole, and took up his bed, and walked: and on the same day was the sabbath.
10 The Jews therefore said unto him that was cured, It is the sabbath day: it is not lawful for thee to carry thy bed.
11 He answered them, He that made me whole, the same said unto me, Take up thy bed, and walk.
12 Then asked they him, What man is that which said unto thee, Take up thy bed, and walk?
13 And he that was healed wist not who it was: for Jesus had conveyed himself away, a multitude being in that place.
14 Afterward Jesus findeth him in the temple, and said unto him, Behold, thou art made whole: sin no more, lest a worse thing come unto thee.
15 The man departed, and told the Jews that it was Jesus, which had made him whole.
16 And therefore did the Jews persecute Jesus, and sought to slay him, because he had done these things on the sabbath day.
17 But Jesus answered them, My Father worketh hitherto, and I work.
18 Therefore the Jews sought the more to kill him, because he not only had broken the sabbath, but said also that God was his Father, making himself equal with God.
Reflexion by Noemi Dominguez:
“I suddenly felt it was the same for me if the world existed or if there had never been anything at all: I began to feel with my whole being that there was nothing existing.” [anonymous]. This week I tried to encourage someone from whom I heard, in the midst of his illness and loneliness, say, “I don’t give anymore, I can’t go on like this.” “Sir, I have no one…” [verse 7, Bible of the Americas]. The sick man of today’s scene would have many acquaintances who day after day were around the pond next to one of the gates in the wall surrounding Jerusalem; I would have many acquaintances but I didn’t have any friends. This person did not have four friends to bring him to Jesus like Mark’s paralytic chapter 2, who did the “impossible” to help him. After thirty-eight years of illness, not only did he no longer have the strength, he also had no hope. It strikes me that of all the sick people who were there, Jesus was interested in this particular one. It also strikes me that in the midst of his despair, he was still there. It also surprises me that even after he was healed, he still didn’t know that it was Jesus who gave him healing. What doesn’t surprise me is that Jesus was interested in him. “When Jesus saw him lying there and knew that he had been in that condition for a long time, he said to him, ‘Do you want to be healed?’ [verse 7, Bible of the Americas]. It strikes me even more that God has been interested in me. Have you been in an “impossible” situation for a long time? Don’t have anyone? Don’t despair, don’t be discouraged, keep fighting, keep believing, Jesus is interested in you.
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