Jonás 3: Nínive se arrepiente.
1 Y FUÉ palabra de Jehová segunda vez á Jonás, diciendo:
2 Levántate, y ve á Nínive, aquella gran ciudad, y publica en ella el pregón que yo te diré.
3 Y levantóse Jonás, y fué á Nínive, conforme á la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad sobremanera grande, de tres días de camino.
4 Y comenzó Jonás á entrar por la ciudad, camino de un día, y pregonaba diciendo: De aquí á cuarenta días Nínive será destruida.
5 Y los hombres de Nínive creyeron á Dios, y pregonaron ayuno, y vistiéronse de sacos desde el mayor de ellos hasta el menor de ellos.
6 Y llegó el negocio hasta el rey de Nínive, y levantóse de su silla, y echó de sí su vestido, y cubrióse de saco, y se sentó sobre ceniza.
7 E hizo pregonar y anunciar en Nínive, por mandado del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna, no se les dé alimento, ni beban agua:
8 Y que se cubran de saco los hombres y los animales, y clamen á Dios fuertemente: y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que está en sus manos.
9 ¿Quién sabe si se volverá y arrepentirá Dios, y se apartará del furor de su ira, y no pereceremos?
10 Y vió Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino: y arrepintióse del mal que había dicho les había de hacer, y no lo hizo.
Reflexión por Noemi Dominguez:
“En cierta ocasión, se le preguntó a un creyente que se dedicaba a los negocios, y desempeñaba el cargo
de vicepresidente de un gran banco, que sucedería si un empleado alguna vez hubiera sido deshonesto
en su trabajo y, por ejemplo, hubiera robado algo, después desapareciera yéndose a algún otro país, y
después de haber pasado unos cuantos años, regresara, pidiera perdón y pidiera que se le reintegrara a
su antiguo trabajo. ¿Se le daría a esta persona otra oportunidad? Como era de esperar, dijo que no, que
ese hombre ya no podía volver a la empresa.” [J. Vernon McGee]. Los seres humanos pareciera somos
mas “estrictos” que Dios. El capítulo de hoy comienza: “Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás”
[Versículo 1, Versión Reina Varela Revisada]. A pesar de que Jonás había desobedecido
conscientemente, Dios le dio una segunda oportunidad; y no fue el único. Jacob fracasó una y otra vez y
Dios nunca lo abandonó; David cometió pecados muy serios y habiéndose arrepentido sinceramente,
Dios lo perdonó. Pedro negó al Señor y sin embargo al cruzar su mirada con la de Jesús, recapacitó y
Dios le restauró. El versículo continua: “Levántate y ve …” [Versión Reina Varela 1960]. Estos son los
imperativos favoritos de Dios: Levántate y ve. Hay alguien a tu alrededor que necesita conocer a Cristo.
Dios te llama y te envia a hacerlo. “Juventud los peligros no arredran y el cansancio se deja detrás,
cuando el Jefe ordena la marcha y misión de rescate nos da. Hay un alma que busca el camino y que el
cruce ya va a traspasar, pues vallamos bien presto a indicarle que Jesus es Camino y Verdad.” [Santiago
Canclini].
Jonah 3: The People of Nineveh Believe.
1 And the word of the Lord came unto Jonah the second time, saying,
2 Arise, go unto Nineveh, that great city, and preach unto it the preaching that I bid thee.
3 So Jonah arose, and went unto Nineveh, according to the word of the Lord. Now Nineveh was an exceeding great city of three days’ journey.
4 And Jonah began to enter into the city a day’s journey, and he cried, and said, Yet forty days, and Nineveh shall be overthrown.
5 So the people of Nineveh believed God, and proclaimed a fast, and put on sackcloth, from the greatest of them even to the least of them.
6 For word came unto the king of Nineveh, and he arose from his throne, and he laid his robe from him, and covered him with sackcloth, and sat in ashes.
7 And he caused it to be proclaimed and published through Nineveh by the decree of the king and his nobles, saying, Let neither man nor beast, herd nor flock, taste any thing: let them not feed, nor drink water:
8 But let man and beast be covered with sackcloth, and cry mightily unto God: yea, let them turn every one from his evil way, and from the violence that is in their hands.
9 Who can tell if God will turn and repent, and turn away from his fierce anger, that we perish not?
10 And God saw their works, that they turned from their evil way; and God repented of the evil, that he had said that he would do unto them; and he did it not.
Reflexion by Noemi Dominguez:
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