Isaías 64: Una oración de ayuda.
1 OH si rompiese los cielos, y descendieras, y á tu presencia se escurriesen los montes,
2 Como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre á tus enemigos, y las gentes temblasen á tu presencia!
3 Cuando, haciendo terriblezas cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti.
4 Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera.
5 Saliste al encuentro al que con alegría obraba justicia, á los que se acordaban de ti en tus caminos: he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en esos hay perpetuidad, y seremos salvos.
6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
7 Y nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para tenerte; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.
8 Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros lodo, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos, todos nosotros.
9 No te aires, oh Jehová, sobremanera, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad: he aquí mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros.
10 Tus santas ciudades están desiertas, Sión es un desierto, Jerusalem una soledad.
11 La casa de nuestro santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fué consumida al fuego; y todas nuestras cosas preciosas han sido destruídas.
12 ¿Te estarás quieto, oh Jehová, sobre estas cosas? ¿callarás, y nos afligirás sobremanera?
Reflexión por Noemi Dominguez:
Yom Kipur es el día más sagrado e importante del año en el judaísmo, conocido como el “Día de la Expiación”. Comenzó al atardecer del día de ayer y culmina en el atardecer de hoy, el último de los diez días de penitencia que comenzaron con Rosh Hashaná (el Año Nuevo judío). El capítulo de hoy expresa la angustia de un pueblo que confiesa su pecado y busca arrepentido el favor de Dios. “Estamos todos infectados por el pecado y somos impuros. Cuando mostramos nuestros actos de justicia, no son más que trapos sucios. Como las hojas del otoño, nos marchitamos y caemos, y nuestros pecados nos arrasan como el viento.” [versículo 6, Versión Nueva traducción Viviente]. En medio de la desesperación, el versículo ocho esconde un rayo de esperanza. “Mas ahora, oh, Señor, tú eres nuestro Padre, nosotros el barro, y tú nuestro alfarero; obra de tus manos somos todos nosotros.” [versión Biblia de Las Américas]. Como el Padre del hijo pródigo en una de las más famosas parábolas, y como el Divino Alfarero de Jeremías 18 que está dispuesto a rehacer la vasija que en Sus mismas manos se echó a perder; Israel anida la esperanza de que Su Dios escucharía su clamor y descendería para ayudarlos. ¿Te parece que los cielos están cerrados? “Sólo cuando nos inclinamos en contrición, confesión y arrepentimiento al pie de la cruz, podemos encontrar el perdón. Allí encontramos la gracia de Dios.” [Billy Graham].
Isaiah 64: A Prayer for Help.
1 Oh that thou wouldest rend the heavens, that thou wouldest come down, that the mountains might flow down at thy presence,
2 As when the melting fire burneth, the fire causeth the waters to boil, to make thy name known to thine adversaries, that the nations may tremble at thy presence!
3 When thou didst terrible things which we looked not for, thou camest down, the mountains flowed down at thy presence.
4 For since the beginning of the world men have not heard, nor perceived by the ear, neither hath the eye seen, O God, beside thee, what he hath prepared for him that waiteth for him.
5 Thou meetest him that rejoiceth and worketh righteousness, those that remember thee in thy ways: behold, thou art wroth; for we have sinned: in those is continuance, and we shall be saved.
6 But we are all as an unclean thing, and all our righteousnesses are as filthy rags; and we all do fade as a leaf; and our iniquities, like the wind, have taken us away.
7 And there is none that calleth upon thy name, that stirreth up himself to take hold of thee: for thou hast hid thy face from us, and hast consumed us, because of our iniquities.
8 But now, O Lord, thou art our father; we are the clay, and thou our potter; and we all are the work of thy hand.
9 Be not wroth very sore, O Lord, neither remember iniquity for ever: behold, see, we beseech thee, we are all thy people.
10 Thy holy cities are a wilderness, Zion is a wilderness, Jerusalem a desolation.
11 Our holy and our beautiful house, where our fathers praised thee, is burned up with fire: and all our pleasant things are laid waste.
12 Wilt thou refrain thyself for these things, O Lord? wilt thou hold thy peace, and afflict us very sore?
Reflexion by Noemi Dominguez:
Yom Kippur is the holiest and most important day of the year in Judaism, known as the “Day of Atonement.” It began at sunset yesterday and culminates with this evening’s sunset, the last of the ten days of penance that began with Rosh Hashanah (the Jewish New Year). Today’s chapter expresses the distress of a people who confess their sin and repentantly seek God’s favor. “We are unfit to worship you; each of our good deeds is merely a filthy rag. We dry up like leaves; our sins are storm winds sweeping us away. “[verse 6, Common English Bible Version]. Amid despair, verse eight hides a glimmer of hope. “But now, Lord, you are our father. We are the clay, and you are our potter. All of us are the work of your hand.” [Common English Bible Version]. As the Father of the prodigal son in one of the most famous parables, and as the Divine Potter of Jeremiah 18 who is willing to remake the vessel that was spoiled in His very hands; Israel harbors the hope that their God would hear their cry and descend to help them. Do you feel that the heavens are closed? “Only as we bow in contrition, confession, and repentance at the foot of the cross, can we find forgiveness. There is the grace of God. ” [Billy Graham].
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