Isaías 53: El Mesías que lleva el pecado.
1 ¿QUIÉN ha creído á nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
2 Y subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca: no hay parecer en él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos.
3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fué menospreciado, y no lo estimamos.
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca: como cordero fué llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
8 De la cárcel y del juicio fué quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fué de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fué herido.
9 Y dipúsose con los impíos su sepultura, mas con los ricos fué en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca.
10 Con todo eso Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole á padecimiento. Cuando hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
11 Del trabajo de su alma verá y será saciado; con su conocimiento justificará mi siervo justo á muchos, y él llevará las iniquidades de ellos.
12 Por tanto yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fué contado con los perversos, habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores.
Reflexión por Noemi Dominguez:
Hace muchos años conocimos a una Señora de escasos recursos. Su bebé nació con varios problemas físicos. El bebé nunca salió del hospital porque falleció inesperada e inexplicablemente. Cuando finalmente le permitieron ver el cuerpo del bebé notó varias cicatrices. Una enfermera le confesó que había sido el resultado de un error del cirujano. Un abogado que coincidentemente tenia a su propio hijo en cuidado intensivo en el mismo hospital, se ofreció para ayudarla. ¡Ni con la ayuda de este buen abogado recibió justa compensación! A la tremenda pérdida de un hijo, se le sumó la burla de la justicia humana. Pero hay otra corte, la corte del Juez Justo, cuyo Único Hijo también sufrió la agonía y la injusta muerte que describe tan detalladamente este capítulo; por eso el final es diferente: “Por eso Dios le dará un lugar entre los grandes, y con los poderosos participará del triunfo, porque se entregó a la muerte y fue contado entre los malvados, cuando en realidad cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores.” [versículo 12, Dios Habla Hoy]. Además de experimentar completa satisfacción al ver el resultado de Su obra expiatoria en la cruz [versículo 11], Jesús recibió su justa compensación y su recompensa la comparte con nosotros. Muchos trabajan toda una vida para recibir una placa o un reloj en reconocimiento de su fiel labor para una empresa, Dios nos tiene también para nosotros una mejor recompensa por servirle con integridad. ¡No te rindas! ¡La recompensa vale la pena!
Isaiah 53: The Sin-Bearing Messiah.
1 Who hath believed our report? and to whom is the arm of the Lord revealed?
2 For he shall grow up before him as a tender plant, and as a root out of a dry ground: he hath no form nor comeliness; and when we shall see him, there is no beauty that we should desire him.
3 He is despised and rejected of men; a man of sorrows, and acquainted with grief: and we hid as it were our faces from him; he was despised, and we esteemed him not.
4 Surely he hath borne our griefs, and carried our sorrows: yet we did esteem him stricken, smitten of God, and afflicted.
5 But he was wounded for our transgressions, he was bruised for our iniquities: the chastisement of our peace was upon him; and with his stripes we are healed.
6 All we like sheep have gone astray; we have turned every one to his own way; and the Lord hath laid on him the iniquity of us all.
7 He was oppressed, and he was afflicted, yet he opened not his mouth: he is brought as a lamb to the slaughter, and as a sheep before her shearers is dumb, so he openeth not his mouth.
8 He was taken from prison and from judgment: and who shall declare his generation? for he was cut off out of the land of the living: for the transgression of my people was he stricken.
9 And he made his grave with the wicked, and with the rich in his death; because he had done no violence, neither was any deceit in his mouth.
10 Yet it pleased the Lord to bruise him; he hath put him to grief: when thou shalt make his soul an offering for sin, he shall see his seed, he shall prolong his days, and the pleasure of the Lord shall prosper in his hand.
11 He shall see of the travail of his soul, and shall be satisfied: by his knowledge shall my righteous servant justify many; for he shall bear their iniquities.
12 Therefore will I divide him a portion with the great, and he shall divide the spoil with the strong; because he hath poured out his soul unto death: and he was numbered with the transgressors; and he bare the sin of many, and made intercession for the transgressors.
Reflexion by Noemi Dominguez:
Many years ago we met a Lady that had limited resources. Her baby was born with several physical problems. The baby never left the hospital because he passed away unexpectedly and inexplicably. When she was finally allowed to see the baby’s body, she noticed several scars. A nurse confessed that the surgeon had made a mistake. A lawyer who coincidentally had his own son in intensive care at the same time and in the same hospital, offered to help her to bring legal action against the hospital. Not even with the help of this good lawyer did she receive fair compensation. To the tremendous loss of a son, the mockery of human justice was added. But there is another court, the court of the Just Judge, whose Only Son also suffered the agony and unjust death described in this chapter; that is why the ending is a very different one: “Therefore I’ll reward him extravagantly— the best of everything, the highest honors— Because he looked death in the face and didn’t flinch, because he embraced the company of the lowest. He took on his own shoulders the sin of the many, he took up the cause of all the black sheep.” [verse 12, The Message]. In addition to experiencing complete satisfaction in seeing the result of His atoning work on the cross [verse 11], Jesus received His just compensation and His reward which He shares with us. Many people work all their lives to receive a plaque or a watch in recognition of their faithful work for a company, but God also has for us a better reward for serving Him with integrity. Don’t give up! The reward is worth it!
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