Amós 4: Aunque castigado, Israel no aprende.
1 OID esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís los pobres, que quebrantáis los menesterosos, que decis á sus señores: Traed, y beberemos.
2 El Señor Jehová juró por su santidad: He aquí, vienen días sobre vosotros en que os llevará en anzuelos, y á vuestros descendientes en barquillos de pescador.
3 Y saldrán por los portillos la una en pos de la otra, y seréis echadas del palacio, dice Jehová.
4 Id á Beth-el, y prevaricad; en Gilgal aumentad la rebelión, y traed de mañana vuestros sacrificios, vuestros diezmos cada tres años;
5 Y ofreced sacrificio de alabanza con leudo, y pregonad, publicad voluntarias ofrendas; pues que así lo queréis, hijos de Israel, dice el Señor Jehová.
6 Yo también os dí limpieza de dientes en todas vuestras ciudades, y falta de pan en todos vuestros pueblos: mas no os tornasteis á mí, dice Jehová.
7 Y también yo os detuve la lluvia tres meses antes de la siega: é hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover: sobre una parte llovió; la parte sobre la cual no llovió, secóse.
8 Y venían dos ó tres ciudades á una ciudad para beber agua, y no se hartaban: con todo no os tornásteis á mí, dice Jehová.
9 Os herí con viento solano y oruga; vuestros muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares comió la langosta: pero nunca os tornasteis á mí, dice Jehová.
10 Envié entre vosotros mortandad al modo que en Egipto: maté á cuchillo vuestros mancebos, con cautiverio de vuestros caballos; é hice subir el hedor de vuestros reales hasta vuestras narices: empero no os tornasteis á mí, dice Jehová.
11 Trastornéos, como cuando Dios trastornó á Sodoma y á Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego: mas no os tornasteis á mí, dice Jehová.
12 Por tanto, de esta manera haré á ti, oh Israel: y porque te he de hacer esto, aparéjate para venir al encuentro á tu Dios, oh Israel.
13 Porque he aquí, el que forma los montes, y cría el viento, y denuncia al hombre su pensamiento; el que hace á las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; Jehová, Dios de los ejércitos, es su nombre.
Reflexión por Noemi Dominguez:
Después de tres largos años de noviazgo a la distancia decidimos casarnos. No nos habíamos visto por más de un año desde que yo le había visitado para comprometernos. Hice muchos preparativos para el esperado día de nuestro encuentro. De repente, al voltear la esquina viniendo de mi trabajo, en medio de la calle esperándome, estaba mi futuro esposo que había adelantado su viaje unos dias y llegó sorpresivamente. No estaba preparada como yo quería estarlo para ese encuentro, pero la grata sorpresa me hizo olvidar todo lo que yo había preparado en mi mente. Uno de los más conocidos versículos de Amos es el versículo 12” … ¡prepárate para venir al encuentro de tu Dios …” [Version Reina Varela 2015]. Para ese encuentro, el más importante de nuestra vida, no tendrá importancia nuestra vestimenta o nuestro peinado; nuestra preparación es la interna, la de un corazón en paz con Dios porque en Él ha depositado su fe. Muchos seres queridos y amigos han tenido un encuentro sorpresivo con el Creador por causa de la pandemia. Nosotros no sabemos cuando iremos al encuentro de Dios. Vivamos cada día preparados para que cuando nos llame a Su encuentro estemos listos porque un día hemos de ir a Su encuentro. Pero también Él viene a nuestro encuentro cada día por medio de Su Espíritu Santo. Pon en pausa tu vida por un momento, Él viene a tu encuentro. Él te encontrará en el silencio de tu meditación, en las páginas de Su Palabra, en tu noche triste y en el amanecer que te trae la esperanza, también en el gozo de la adoración. Si no estás listo, prepárate porque Él quiere tener un encuentro contigo. “En este día feliz, en este santo lugar, quiero tener un encuentro con Dios; si, su amor es real y se puede gozar, quiero tener un encuentro con Dios.” [autor desconocido].
Amos 4: God’s Punishments Have Not Reformed Israel.
1 Hear this word, ye kine of Bashan, that are in the mountain of Samaria, which oppress the poor, which crush the needy, which say to their masters, Bring, and let us drink.
2 The Lord God hath sworn by his holiness, that, lo, the days shall come upon you, that he will take you away with hooks, and your posterity with fishhooks.
3 And ye shall go out at the breaches, every cow at that which is before her; and ye shall cast them into the palace, saith the Lord.
4 Come to Bethel, and transgress; at Gilgal multiply transgression; and bring your sacrifices every morning, and your tithes after three years:
5 And offer a sacrifice of thanksgiving with leaven, and proclaim and publish the free offerings: for this liketh you, O ye children of Israel, saith the Lord God.
6 And I also have given you cleanness of teeth in all your cities, and want of bread in all your places: yet have ye not returned unto me, saith the Lord.
7 And also I have withholden the rain from you, when there were yet three months to the harvest: and I caused it to rain upon one city, and caused it not to rain upon another city: one piece was rained upon, and the piece whereupon it rained not withered.
8 So two or three cities wandered unto one city, to drink water; but they were not satisfied: yet have ye not returned unto me, saith the Lord.
9 I have smitten you with blasting and mildew: when your gardens and your vineyards and your fig trees and your olive trees increased, the palmerworm devoured them: yet have ye not returned unto me, saith the Lord.
10 I have sent among you the pestilence after the manner of Egypt: your young men have I slain with the sword, and have taken away your horses; and I have made the stink of your camps to come up unto your nostrils: yet have ye not returned unto me, saith the Lord.
11 I have overthrown some of you, as God overthrew Sodom and Gomorrah, and ye were as a firebrand plucked out of the burning: yet have ye not returned unto me, saith the Lord.
12 Therefore thus will I do unto thee, O Israel: and because I will do this unto thee, prepare to meet thy God, O Israel.
13 For, lo, he that formeth the mountains, and createth the wind, and declareth unto man what is his thought, that maketh the morning darkness, and treadeth upon the high places of the earth, The Lord, The God of hosts, is his name.
Reflexion by Noemi Dominguez:
After three long years of dating at a distance we decided to get married. We hadn’t seen each other for over a year since I had visited him for our engagement. I was getting everything ready for the long-awaited day of our meeting. Suddenly, as I turned the corner coming from my work, in the middle of the street waiting for me, there was my husband-to-be who had moved up his trip a few days head or the original plan and arrived unannounced. I was not prepared as I wanted to be for that meeting, but the pleasant surprise made me forget everything I had prepared in my mind. One of the best-known verses of the whole book of Amos is verse 12 ” … prepare to meet your God.” [Complete Jewish Bible Version]. For that meeting, the most important meeting of our life, it won’t matter the clothes you wear or your hairstyle; the preparation is the inner one, that of a heart at peace with God because in Him you have placed your faith. Many loved ones and friends have had a surprise encounter with the Creator because of the pandemic during the last year and half. We do not know when we will go to meet God. Let us live each day prepared; so that when He calls us to meet Him, we will be ready because sooner or later we must meet Him. But He also comes to meet us every day through His Holy Spirit. Put your life in pause for a moment, He comes to meet you. He will meet you in the silence of your meditation, in the pages of His Word, in your sad night and in the dawn that brings you hope, and in the joy of worship. If you are not ready, be prepared because He wants to have an encounter with you. “On this happy day, in this holy place, I want to have an encounter with God; His love is real and can be enjoyed, and I must have an encounter with God. ” [author unknown].
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