El Perdón
La sangre que Jesús derramó en la cruz fue el precio que él pagó para que nuestros pecados fueran perdonados. Él nos redimió, nos rescató y no somos más esclavos del pecado. A través de Jesús somos libres de su poder. Y todo esto ha sido por la gracia abundante de Dios, un regalo que no merecíamos.
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Por Erika García.
1 Pedro 2:20-24 Reina-Valera 1960:
20 Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.
21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;
23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;
24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
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