Oseas 3: Oseas y la adúltera.
1 Y DIJOME otra vez Jehová: Ve, ama una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel; los cuales miran á dioses ajenos, y aman frascos de vino.
2 Compréla entonces para mí por quince dineros de plata, y un homer y medio de cebada;
3 Y díjele: Tú estarás por mía muchos días: no fornicarás, ni tomáras otro varón; ni tampoco yo vendré á ti.
4 Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, y sin príncipe, y sin sacrificio, y sin estatua, y sin ephod, y sin teraphim.
5 Después volverán los hijos de Israel, y buscarán á Jehová su Dios, y á David su rey; y temerán á Jehová y á su bondad en el fin de los días.
Reflexión por Noemi Dominguez:
Nos resulta raro que Dios se interese en el nombre de nuestros hijos como lo comentamos ayer. Pero aún más raro, teniendo en cuenta lo importante que es escoger un esposo o una esposa, es que Dios determinara que Su siervo, un profeta, amara y tomara por esposa a una mujer con tan mala reputación, y que, además, después de haber establecido una nueva familia con el profeta, vuelve a sus viejos caminos. En un despliegue de la gracia restauradora de Dios, el profeta, personificando a Dios mismo, declara: “Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.” [Capítulo 2, versículo 14, Reina Varela 1960]. “Parte del lenguaje se aplica a la familia de Oseas literalmente, parte a la nación [de Israel] figuradamente, y parte a ambos, alternándose lo literal y lo figurado. “Sus frases caen sobre el oído como el latido de un corazón quebrantado” [Compendio Manual de la Biblia]. También se aplica a nosotros, tan distantes de la cultura que fue escrito este libro. ¿Nos preguntamos, se podría restaurar este matrimonio? A pesar de la infidelidad de su esposa es el profeta que le busca, es decir, la atrae. Dios la h llevado al desierto, ella se encuentra devastada pues hasta sus amantes la han abandonado. “Ha tocado fondo” y en su arrepentimiento su corazón está dispuesto para un nuevo comienzo; como el hijo pródigo, ella recapacita y el amor cubre multitud de pecados [1 Pedro 4:8]. Si hubo y hay amor, si hay un sincero arrepentimiento, hay esperanza. No “tires la toalla.”
Hosea 3: Israel Will Return to God.
1 Then said the Lord unto me, Go yet, love a woman beloved of her friend, yet an adulteress, according to the love of the Lord toward the children of Israel, who look to other gods, and love flagons of wine.
2 So I bought her to me for fifteen pieces of silver, and for an homer of barley, and an half homer of barley:
3 And I said unto her, Thou shalt abide for me many days; thou shalt not play the harlot, and thou shalt not be for another man: so will I also be for thee.
4 For the children of Israel shall abide many days without a king, and without a prince, and without a sacrifice, and without an image, and without an ephod, and without teraphim:
5 Afterward shall the children of Israel return, and seek the Lord their God, and David their king; and shall fear the Lord and his goodness in the latter days.
Reflexion by Noemi Dominguez:
We find it strange that God is interested in the name of our children as we discussed yesterday. But even stranger, given how important it is to choose a husband or wife, is that God will determine that His servant, a prophet, will love and take as his wife a woman with such a bad reputation, and that, moreover, after having established a new family with the prophet, she would return to her old ways. In a display of God’s restoring grace, the prophet, depicting God Himself, declares, “I’m going to win her back. I will lead her into the desert. I will speak tenderly to her.” [Chapter 2, verse 14, God’s Word Translation]. “Some of the language applies to the family of Hosea literally, part to the nation [of Israel] figuratively, and part to both, alternating the literal and the figurative. His phrases fall on the ear like the beating of a broken heart” [Bible Manual Compendium]. It also applies to us, who are so distant from the culture in which this book was written. We wonder, could this marriage be restored? In spite of his wife’s infidelity, it is the prophet who seeks her, that is, tries to win her back. God took her to the desert; she is devastated because even her lovers have abandoned her. “She has hit rock bottom” and her repenting heart is ready for a new beginning; just like the prodigal son did, she comes to her senses and love covers a multitude of sins [1 Peter 4:8]. If there was and there is love, if there is sincere repentance, there is hope. Don’t “throw in the towel.”
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