2 Crónicas Capítulo 20.1-17: Victoria sobre Moab y Amón.
1 PASADAS estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Ammón, y con ellos otros de los Ammonitas, vinieron contra Josaphat á la guerra.
2 Y acudieron, y dieron aviso á Josaphat, diciendo: Contra ti viene una grande multitud de la otra parte de la mar, y de la Siria; y he aquí ellos están en Hasasón-tamar, que es Engedi.
3 Entonces él tuvo temor; y puso Josaphat su rostro para consultar á Jehová, é hizo pregonar ayuno á todo Judá.
4 Y juntáronse los de Judá para pedir socorro á Jehová: y también de todas las ciudades de Judá vinieron á pedir á Jehová.
5 Púsose entonces Josaphat en pie en la reunión de Judá y de Jerusalem, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo;
6 Y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y te enseñoreas en todos los reinos de las Gentes? ¿no está en tu mano tal fuerza y potencia, que no hay quien te resista?
7 Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de aquesta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste á la simiente de Abraham tu amigo para siempre?
8 Y ellos han habitado en ella, y te han edificado en ella santuario á tu nombre, diciendo:
9 Si mal viniere sobre nosotros, ó espada de castigo, ó pestilencia, ó hambre, presentarnos hemos delante de esta casa, y delante de ti, (porque tu nombre está en esta casa,) y de nuestras tribulaciones clamaremos á ti, y tú nos oirás y salvarás.
10 Ahora pues, he aquí los hijos de Ammón y de Moab, y los del monte de Seir, á la tierra de los cuales ni quisiste que pasase Israel cuando venían de la tierra de Egipto, sino que se apartasen de ellos, y no los destruyesen;
11 He aquí ellos nos dan el pago, viniendo á echarnos de tu heredad, que tú nos diste á poseer.
12 Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú? porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros: no sabemos lo que hemos de hacer, mas á ti volvemos nuestros ojos.
13 Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños, y sus mujeres, y sus hijos.
14 Y estaba allí Jahaziel hijo de Zachârías, hijo de Benaías, hijo de Jeiel, hijo de Mathanías, Levita de los hijos de Asaph, sobre el cual vino el espíritu de Jehová en medio de la reunión;
15 Y dijo: Oid, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalem, y tú, rey Josaphat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta tan grande multitud; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.
16 Mañana descenderéis contra ellos: he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel.
17 No habrá para qué vosotros peleéis en este caso: paraos, estad quedos, y ved la salud de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalem, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que Jehová será con vosotros.
Reflexión por Noemi Dominguez:
Un callejón sin salida, los momentos oscuros de la vida cuando es tanta la aflicción y no sabemos a quién recurrir; la pérdida inesperada de un hijo, un diagnóstico terminal, una demanda de divorcio; éstas y otras situaciones similares nos llevan a lo profundo de un océano en el cual no podemos hacer pie. Pareciera que fue así la situación de Israel. En las palabra de Josafat: ¡No sabemos qué hacer! [versículo 12, Nueva versión Internacional]. Habrían perdido las fuerzas, pero no perdieron la esperanza: “a Ti volvemos nuestros ojos” [versículo 12, Reina Varela 1960]. Aparentemente todos nuestros esfuerzos han sido en vano, pero ahora nos toca estar quietos y observar cómo Dios nos rescata [versículo 17]. Oímos el eco de Su voz diciéndonos: “No necesitan pelear en esta batalla; tomen sus puestos y estén quietos, y vean la salvación del Señor con ustedes, oh, Judá y Jerusalén”. No teman ni se acobarden; salgan mañana al encuentro de ellos porque el Señor está con ustedes». [versículo 17, Nueva Biblia de las Américas]. Antes les explica la razón: “No teman, ni se acobarden delante de esta gran multitud, porque la batalla no es de ustedes, sino de Dios.” [versículo 15, Nueva Biblia de las Américas]. Mi oración es que Dios me abra los ojos y me de fuerzas para hacer lo que me toca hacer a mi y estoy esperando que Él lo haga, y que sepa cuando debo dejar enteramente en Sus manos aquellas cosas que yo no puedo resolver, es decir, que me haga ver cuando debo actuar y cuando debo quietamente esperar en Él.
2 Chronicles 20: Ammon, Moab, and Mount Seir Defeated.
1 It came to pass after this also, that the children of Moab, and the children of Ammon, and with them other beside the Ammonites, came against Jehoshaphat to battle.
2 Then there came some that told Jehoshaphat, saying, There cometh a great multitude against thee from beyond the sea on this side Syria; and, behold, they be in Hazazontamar, which is Engedi.
3 And Jehoshaphat feared, and set himself to seek the Lord, and proclaimed a fast throughout all Judah.
4 And Judah gathered themselves together, to ask help of the Lord: even out of all the cities of Judah they came to seek the Lord.
5 And Jehoshaphat stood in the congregation of Judah and Jerusalem, in the house of the Lord, before the new court,
6 And said, O Lord God of our fathers, art not thou God in heaven? and rulest not thou over all the kingdoms of the heathen? and in thine hand is there not power and might, so that none is able to withstand thee?
7 Art not thou our God, who didst drive out the inhabitants of this land before thy people Israel, and gavest it to the seed of Abraham thy friend for ever?
8 And they dwelt therein, and have built thee a sanctuary therein for thy name, saying,
9 If, when evil cometh upon us, as the sword, judgment, or pestilence, or famine, we stand before this house, and in thy presence, (for thy name is in this house,) and cry unto thee in our affliction, then thou wilt hear and help.
10 And now, behold, the children of Ammon and Moab and mount Seir, whom thou wouldest not let Israel invade, when they came out of the land of Egypt, but they turned from them, and destroyed them not;
11 Behold, I say, how they reward us, to come to cast us out of thy possession, which thou hast given us to inherit.
12 O our God, wilt thou not judge them? for we have no might against this great company that cometh against us; neither know we what to do: but our eyes are upon thee.
13 And all Judah stood before the Lord, with their little ones, their wives, and their children.
14 Then upon Jahaziel the son of Zechariah, the son of Benaiah, the son of Jeiel, the son of Mattaniah, a Levite of the sons of Asaph, came the Spirit of the Lord in the midst of the congregation;
15 And he said, Hearken ye, all Judah, and ye inhabitants of Jerusalem, and thou king Jehoshaphat, Thus saith the Lord unto you, Be not afraid nor dismayed by reason of this great multitude; for the battle is not yours, but God’s.
16 To morrow go ye down against them: behold, they come up by the cliff of Ziz; and ye shall find them at the end of the brook, before the wilderness of Jeruel.
17 Ye shall not need to fight in this battle: set yourselves, stand ye still, and see the salvation of the Lord with you, O Judah and Jerusalem: fear not, nor be dismayed; to morrow go out against them: for the Lord will be with you.
Reflexion by Noemi Dominguez:
A dead-end street, the dark moments of life when there is so much affliction and we do not know where to turn; the unexpected loss of a child, a terminal diagnosis, a divorce demand; these and similar situations take us deep into an ocean whose waters threaten our life. It seems that this was the situation of Israel, in the words of Jehoshaphat: We do not know what to do! [verse 12, The Message]. They may have lost strength, but they did not lose their hope: “we are looking to you for help” [verse 12, Common English Bible]. Apparently, all our efforts have been in vain, but now we have to be still and watch how will God rescue us [verse 17]. We hear the echo of His voice telling us, “you will not need to fight! Take your places; stand quietly and see the incredible rescue operation God will perform for you, O people of Judah and Jerusalem! Don’t be afraid or discouraged! Go out there tomorrow, for the Lord is with you!’”.” [verse 17, New Bible of the Americas]. Before he explains the reason: “Do not be afraid, nor cower before this great multitude, for the battle is not yours, but God’s.” [verse 15, Living Bible]. My prayer is that God will reveal to me and give me strength to do what I must to do and I am waiting for Him to do it, and that I may know when I should leave entirely in His hands those things that I cannot solve, that is, that He will make me see when I should act and when I should quietly wait on Him.
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