2 Crónicas 6:1-19: Dedicación del templo.
1 ENTONCES dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad.
2 Yo pues he edificado una casa de morada para ti, y una habitación en que mores para siempre.
3 Y volviendo el rey su rostro, bendijo á toda la congregación de Israel: y toda la congregación de Israel estaba en pie.
4 Y él dijo: Bendito sea Jehová Dios de Israel, el cual con su mano ha cumplido lo que habló por su boca á David mi padre, diciendo:
5 Desde el día que saqué mi pueblo de la tierra de Egipto, ninguna ciudad he elegido de todas las tribus de Israel para edificar casa donde estuviese mi nombre, ni he escogido varón que fuese príncipe sobre mi pueblo Israel.
6 Mas á Jerusalem he elegido para que en ella esté mi nombre, y á David he elegido para que fuese sobre mi pueblo Israel.
7 Y David mi padre tuvo en el corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel.
8 Mas Jehová dijo á David mi padre: Respecto á haber tenido en tu corazón edificar casa á mi nombre, bien has hecho en haber tenido esto en tu corazón.
9 Empero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa á mi nombre.
10 Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho, pues levantéme yo en lugar de David mi padre, y heme sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado casa al nombre de Jehová Dios de Israel.
11 Y en ella he puesto el arca, en la cual está el pacto de Jehová que concertó con los hijos de Israel.
12 Púsose luego Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendió sus manos.
13 Porque Salomón había hecho un púlpito de metal, de cinco codos de largo, y de cinco codos de ancho, y de altura de tres codos, y lo había puesto en medio del atrio: y púsose sobre él, é hincóse de rodillas delante de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, dijo:
14 Jehová Dios de Israel, no hay Dios semejante á ti en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia á tus siervos que caminan delante de ti de todo su corazón;
15 Que has guardado á tu siervo David mi padre lo que le dijiste: tú lo dijiste de tu boca, mas con tu mano lo has cumplido, como parece este día.
16 Ahora pues, Jehová Dios de Israel, guarda á tu siervo David mi padre lo que le has prometido, diciendo: No faltará de ti varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, á condición que tus hijos guarden su camino, andando en mi ley, como tú delante de mí has andado.
17 Ahora pues, oh Jehová Dios de Israel, verifíquese tu palabra que dijiste á tu siervo David.
18 Mas ¿es verdad que Dios ha de habitar con el hombre en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte: ¿cuánto menos esta casa que he edificado?
19 Mas tú mirarás á la oración de tu siervo, y á su ruego, oh Jehová Dios mío, para oir el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti.
Reflexión por Noemi Dominguez:
“Cuando Dios promete, Él no está diciendo, voy a tratar [o voy a intentar hacerlo]. Él quiere decir, puedo [hacerlo] y lo voy a hacer.” [James MacDonald]. “Allí, sobre la plataforma, se arrodilló y, extendiendo las manos al cielo, oró así: «Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú en el cielo ni en la tierra, pues tú cumples tu pacto de amor con quienes te sirven y te siguen de todo corazón. Has llevado a cabo lo que le dijiste a tu siervo David, mi padre; y este día has cumplido con tu mano lo que con tu boca prometiste. [Versículos 13-15, Nueva Versión Internacional]. Generalmente recurrimos a las promesas de Dios en tiempos de prueba y aflicción. Es en la oscuridad que ansiamos la luz, en la tormenta ansiamos la calma. En la parte exterior de nuestras neveras solemos poner números de emergencia para verlos diariamente y así recurrir a ellos en el momento oportuno. Por la misma razón subrayamos las promesas en nuestra Biblia porque son ellas “nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” [Salmo 46:1, Reina Varela 1960]. Por eso a menudo cantamos: “Dios de pactos, que guardas tus promesas, que cumples tu palabra, que guías mi destino. Dios de pactos, confío en tus promesas, descanso en tu Palabra, por tu gracia estoy aquí.” [M. Witt]. Señor, “Creo; ¡pero ayúdame a no dudar! [Marcos 9:24, Nueva Biblia Viva].
2 Chronicles 6:1-19:: The Ark Brought into the Temple.
1 Then said Solomon, The Lord hath said that he would dwell in the thick darkness.
2 But I have built an house of habitation for thee, and a place for thy dwelling for ever.
3 And the king turned his face, and blessed the whole congregation of Israel: and all the congregation of Israel stood.
4 And he said, Blessed be the Lord God of Israel, who hath with his hands fulfilled that which he spake with his mouth to my father David, saying,
5 Since the day that I brought forth my people out of the land of Egypt I chose no city among all the tribes of Israel to build an house in, that my name might be there; neither chose I any man to be a ruler over my people Israel:
6 But I have chosen Jerusalem, that my name might be there; and have chosen David to be over my people Israel.
7 Now it was in the heart of David my father to build an house for the name of the Lord God of Israel.
8 But the Lord said to David my father, Forasmuch as it was in thine heart to build an house for my name, thou didst well in that it was in thine heart:
9 Notwithstanding thou shalt not build the house; but thy son which shall come forth out of thy loins, he shall build the house for my name.
10 The Lord therefore hath performed his word that he hath spoken: for I am risen up in the room of David my father, and am set on the throne of Israel, as the Lord promised, and have built the house for the name of the Lord God of Israel.
11 And in it have I put the ark, wherein is the covenant of the Lord, that he made with the children of Israel.
12 And he stood before the altar of the Lord in the presence of all the congregation of Israel, and spread forth his hands:
13 For Solomon had made a brasen scaffold of five cubits long, and five cubits broad, and three cubits high, and had set it in the midst of the court: and upon it he stood, and kneeled down upon his knees before all the congregation of Israel, and spread forth his hands toward heaven.
14 And said, O Lord God of Israel, there is no God like thee in the heaven, nor in the earth; which keepest covenant, and shewest mercy unto thy servants, that walk before thee with all their hearts:
15 Thou which hast kept with thy servant David my father that which thou hast promised him; and spakest with thy mouth, and hast fulfilled it with thine hand, as it is this day.
16 Now therefore, O Lord God of Israel, keep with thy servant David my father that which thou hast promised him, saying, There shall not fail thee a man in my sight to sit upon the throne of Israel; yet so that thy children take heed to their way to walk in my law, as thou hast walked before me.
17 Now then, O Lord God of Israel, let thy word be verified, which thou hast spoken unto thy servant David.
18 But will God in very deed dwell with men on the earth? behold, heaven and the heaven of heavens cannot contain thee; how much less this house which I have built!
19 Have respect therefore to the prayer of thy servant, and to his supplication, O Lord my God, to hearken unto the cry and the prayer which thy servant prayeth before thee:
Reflexion by Noemi Dominguez:
” When God promises, He’s not saying, I’ll try [to do it]. He means, I can and I will.” [James MacDonald]. “Then he [Solomon] knelt in full view of the whole congregation, stretched his hands to heaven, and prayed: God, O God of Israel, there is no God like you in the skies above or on the earth below, who unswervingly keeps covenant with his servants and unfailingly loves them while they sincerely live in obedience to your way. You kept your word to David my father, your promise. You did exactly what you promised—every detail. The proof is before us today! [Verses 13-15, The Message]. We usually turn to God’s promises in times of trial and affliction. It is in the darkness that we crave the light, in the storm we crave calm. On the outside of our refrigerators, we usually put emergency numbers to see them daily and thus resort to them at the right time. For the same reason we underline the promises in our Bible because they are ” a very present help in [times of] trouble.” [Psalm 46:1, 21st Century King James]. That is why we often sing: “God of covenants, who keeps your promises, who keeps your word, who guides my destiny. God of covenants, I trust in your promises, I rest in your Word, by your grace I am here.” [M. Witt]. Lord, “I believe; But help me not to hesitate! [Mark 9:24, New Living Bible].
0 Comments