Juan 6:1-27: Jesús anda sobre el mar y alimenta a cinco mil.
1 PASADAS estas cosas, fuése Jesús de la otra parte de la mar de Galilea, que es de Tiberias.
2 Y seguíale grande multitud, porque veían sus señales que hacía en los enfermos.
3 Y subió Jesús á un monte, y se sentó allí con sus discípulos.
4 Y estaba cerca la Pascua, la fiesta de los Judíos.
5 Y como alzó Jesús los ojos, y vió que había venido á él grande multitud, dice á Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?
6 Mas esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer.
7 Respondióle Felipe: Doscientos denarios de pan no les bastarán, para que cada uno de ellos tome un poco.
8 Dícele uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro:
9 Un muchacho está aquí que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; ¿mas qué es esto entre tantos?
10 Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar: y recostáronse como número de cinco mil varones.
11 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, repartió á los discípulos, y los discípulos á los que estaban recostados: asimismo de los peces, cuanto querían.
12 Y como fueron saciados, dijo á sus discípulos: Recoged los pedazos que han quedado, porque no se pierda nada.
13 Cogieron pues, é hinchieron doce cestas de pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron á los que habían comido.
14 Aquellos hombres entonces, como vieron la señal que Jesús había hecho, decían: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.
15 Y entendiendo Jesús que habían de venir para arrebatarle, y hacerle rey, volvió á retirarse al monte, él solo.
16 Y como se hizo tarde, descendieron sus discípulos á la mar;
17 Y entrando en un barco, venían de la otra parte de la mar hacia Capernaum. Y era ya oscuro, y Jesús no había venido á ellos.
18 Y levantábase la mar con un gran viento que soplaba.
19 Y como hubieron navegado como veinticinco ó treinta estadios, ven á Jesús que andaba sobre la mar, y se acercaba al barco: y tuvieron miedo.
20 Mas él les dijo: Yo soy; no tengáis miedo.
21 Ellos entonces gustaron recibirle en el barco: y luego el barco llegó á la tierra donde iban.
22 El día siguiente, la gente que estaba de la otra parte de la mar, como vió que no había allí otra navecilla sino una, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en ella, sino que sus discípulos se habían ido solos;
23 Y que otras navecillas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber el Señor dado gracias;
24 Como vió pues la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron ellos en las navecillas, y vinieron á Capernaum buscando á Jesús.
25 Y hallándole de la otra parte de la mar, dijéronle: Rabbí, ¿cuándo llegaste acá?
26 Respondióles Jesús, y dijo; De cierto, de cierto os digo, que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os hartasteis.
27 Trabajad no por la comida que perece, mas por la comida que á vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará: porque á éste señaló el Padre, que es Dios.
Reflexión por Noemi Dominguez:
“Donde comen dos, comen tres” ¡pero no cinco mil! Solo dos milagros se describen en los cuatro evangelios, la multiplicación de los panes y los peces es uno de ellos. Cada una de las narraciones agrega algún detalle importante. La participación de Felipe, Andres y de un niño se mencionan interactuando con Jesus. Nada se sabe del niño quien parece ser el único con alguna provisión. Mis hijos nunca olvidarán mis últimas palabras al salir cada mañana para la escuela: “no se olviden del lunch.” Parece que el corazón previsor de su mamá hizo de aquel niño en medio que Jesús usara para hacer este impactante milagro. De los discípulos que rodeaban de cerca a Jesus solo se escucha el desaliento de las limitaciones humanas. ¡El sueldo de un año no alcanzará para que cada uno reciba un pedazo de pan! Y aún si el dinero alcanzara, no habría tienda con inventario suficiente para alimentar tal multitud. Y cuando encontraron al niño con su merienda la reacción fue: ¡Esto es muy poco para tanta gente! Cuando vemos la vida a la luz de las posibilidades que humanamente hablando podemos analizar, la mayoría de las veces llegamos a las misma conclusión: es imposible. No escuches esas voces porque lo poco puede llegar a ser mucho cuando lo ponemos en las manos de Dios, y a veces Dios utiliza a la persona que menos esperamos. ¿Sabría la madre del niño que la merienda que ella preparó alimentaría a miles? ¿Que tienes? Si se lo entregas a Jesús, Él hará grandes cosas; no solo te bendecirá a ti, sino también a quienes te rodean.
Jonh 6: Feeding the Five Thousand.
1 After these things Jesus went over the sea of Galilee, which is the sea of Tiberias.
2 And a great multitude followed him, because they saw his miracles which he did on them that were diseased.
3 And Jesus went up into a mountain, and there he sat with his disciples.
4 And the passover, a feast of the Jews, was nigh.
5 When Jesus then lifted up his eyes, and saw a great company come unto him, he saith unto Philip, Whence shall we buy bread, that these may eat?
6 And this he said to prove him: for he himself knew what he would do.
7 Philip answered him, Two hundred pennyworth of bread is not sufficient for them, that every one of them may take a little.
8 One of his disciples, Andrew, Simon Peter’s brother, saith unto him,
9 There is a lad here, which hath five barley loaves, and two small fishes: but what are they among so many?
10 And Jesus said, Make the men sit down. Now there was much grass in the place. So the men sat down, in number about five thousand.
11 And Jesus took the loaves; and when he had given thanks, he distributed to the disciples, and the disciples to them that were set down; and likewise of the fishes as much as they would.
12 When they were filled, he said unto his disciples, Gather up the fragments that remain, that nothing be lost.
13 Therefore they gathered them together, and filled twelve baskets with the fragments of the five barley loaves, which remained over and above unto them that had eaten.
14 Then those men, when they had seen the miracle that Jesus did, said, This is of a truth that prophet that should come into the world.
15 When Jesus therefore perceived that they would come and take him by force, to make him a king, he departed again into a mountain himself alone.
16 And when even was now come, his disciples went down unto the sea,
17 And entered into a ship, and went over the sea toward Capernaum. And it was now dark, and Jesus was not come to them.
18 And the sea arose by reason of a great wind that blew.
19 So when they had rowed about five and twenty or thirty furlongs, they see Jesus walking on the sea, and drawing nigh unto the ship: and they were afraid.
20 But he saith unto them, It is I; be not afraid.
21 Then they willingly received him into the ship: and immediately the ship was at the land whither they went.
22 The day following, when the people which stood on the other side of the sea saw that there was none other boat there, save that one whereinto his disciples were entered, and that Jesus went not with his disciples into the boat, but that his disciples were gone away alone;
23 (Howbeit there came other boats from Tiberias nigh unto the place where they did eat bread, after that the Lord had given thanks:)
24 When the people therefore saw that Jesus was not there, neither his disciples, they also took shipping, and came to Capernaum, seeking for Jesus.
25 And when they had found him on the other side of the sea, they said unto him, Rabbi, when camest thou hither?
26 Jesus answered them and said, Verily, verily, I say unto you, Ye seek me, not because ye saw the miracles, but because ye did eat of the loaves, and were filled.
27 Labour not for the meat which perisheth, but for that meat which endureth unto everlasting life, which the Son of man shall give unto you: for him hath God the Father sealed.
Reflexion by Noemi Dominguez:
“Where two eat, three can eat as well.” Three, but not five thousand! Only two miracles are described in the four gospels, the multiplication of the loaves and fishes is one of them. Each of the narratives adds some important detail. The involvement of Philip, Andrew and a child is mentioned interacting with Jesus. Nothing is known of the child who seems to be the only one who had made preparations. My children will never forget my last words when leaving for school every morning: “Don’t forget your lunch.” It seems that his mother’s farsighted heart put the child in the center stage that Jesus used to perform this shocking miracle. From the disciples who surrounded Jesus closely, one hears only the discouragement of human limitations. A year’s salary will not be enough for everyone to receive a piece of bread! And even if the there was enough money, there would be no store with enough inventory to feed such a crowd. When they found the child with his snack the reaction was: This is too little for so many people! When we see life in the light of the possibilities that we can human minds can analyze, most of the time we come to the same conclusion: it is impossible. Don’t listen to those voices because little can become a lot when we put it in God’s hands, and sometimes God uses the person we least expect to supply our needs. Would the child’s mother know that the snack she prepared would feed thousands? What do you have? If you give it to Jesus, He will do great things; It will not only bless you, but also many of those around you.
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