Cantares 8: El poder del amor.
1 OH quién te me diese como hermano Que mamó los pechos de mi madre; De modo que te halle yo fuera, y te bese, Y no me menosprecien!
2 Yo te llevaría, te metiera en casa de mi madre: Tú me enseñarías, Y yo te hiciera beber vino Adobado del mosto de mis granadas.
3 Su izquierda esté debajo de mi cabeza, Y su derecha me abrace.
4 Conjúroos, oh doncellas de Jerusalem, Que no despertéis, ni hagáis velar al amor, Hasta que quiera.
5 ¿Quién es ésta que sube del desierto, Recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté: Allí tuvo tu madre dolores, Allí tuvo dolores la que te parió.
6 Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo: Porque fuerte es como la muerte el amor; Duro como el sepulcro el celo: Sus brasas, brasas de fuego, Fuerte llama.
7 Las muchas aguas no podrán apagar el amor, Ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre toda la hacienda de su casa por este amor, De cierto lo menospreciaran.
8 Tenemos una pequeña hermana, Que no tiene pechos: ¿Qué haremos á nuestra hermana Cuando de ella se hablare?
9 Si ella es muro, Edificaremos sobre él un palacio de plata: Y si fuere puerta, La guarneceremos con tablas de cedro.
10 Yo soy muro, y mis pechos como torres, Desde que fuí en sus ojos como la que halla paz.
11 Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, La cual entregó á guardas, Cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por su fruto.
12 Mi viña, que es mía, está delante de mí: Las mil serán tuyas, oh Salomón, Y doscientas, de los que guardan su fruto.
13 Oh tú la que moras en los huertos, Los compañeros escuchan tu voz: Házmela oir.
14 Huye, amado mío; Y sé semejante al gamo, ó al cervatillo, Sobre las montañas de los aromas.
Reflexión por Noemi Dominguez:
Sin entrar en los paganos orígenes de lo que dio lugar esta celebración, cada año, miles de románticos escritores envían cartas dirigidas, a “Julieta”, en Verona, Italia, el título de la tan conocida tragedia romántica , “Romeo y Julieta”. La ciudad marca la ubicación del cuento de Shakespeare, y un equipo de voluntarios del Club Juliet contesta cada una de ellas. Cada año, en el Día de San Valentín, el club otorga el premio “Cara Giulietta” (“Querida Julieta”) al autor de la carta de amor más conmovedora. [History.com]. De mi parte premiaría las emotivas y profundas declaraciones del amado a su amada: “Grábame como un sello sobre tu corazón; llévame como una marca sobre tu brazo. Fuerte es el amor, como la muerte, y tenaz la pasión, como el sepulcro. Como llama divina es el fuego ardiente del amor. Ni las muchas aguas pueden apagarlo, ni los ríos pueden extinguirlo. Si alguien ofreciera todas sus riquezas a cambio del amor, solo conseguiría el desprecio.” [versículos 6 y 7, Nueva Versión Internacional]. ¿Qué mujer no se sentiría halagada y satisfecha ante tal declaración? ¿No describe el autor el amor con que Cristo nos amó? Las marcas de los clavos en Sus manos y en Su costado, Sus últimas palabras, ¡Consumado es! Como el sello del pago completo de nuestras deudas, la llama Divina que nos alumbra y nos da calor en la fría soledad de este mundo, amor que ni las tormentas, no las inundaciones pueden apagar y cuyo valor es la mejor inversión que un ser humano puede hacer. ¡No te desanimes, a tu lado está [o puede estar si le abres tu corazón], escucha Su voz y hazle oír la tuya [versículo 13]
Song of Solomon 8: Lovers Reunited at Their Country Home.
1 O that thou wert as my brother, that sucked the breasts of my mother! when I should find thee without, I would kiss thee; yea, I should not be despised.
2 I would lead thee, and bring thee into my mother’s house, who would instruct me: I would cause thee to drink of spiced wine of the juice of my pomegranate.
3 His left hand should be under my head, and his right hand should embrace me.
4 I charge you, O daughters of Jerusalem, that ye stir not up, nor awake my love, until he please.
5 Who is this that cometh up from the wilderness, leaning upon her beloved? I raised thee up under the apple tree: there thy mother brought thee forth: there she brought thee forth that bare thee.
6 Set me as a seal upon thine heart, as a seal upon thine arm: for love is strong as death; jealousy is cruel as the grave: the coals thereof are coals of fire, which hath a most vehement flame.
7 Many waters cannot quench love, neither can the floods drown it: if a man would give all the substance of his house for love, it would utterly be contemned.
8 We have a little sister, and she hath no breasts: what shall we do for our sister in the day when she shall be spoken for?
9 If she be a wall, we will build upon her a palace of silver: and if she be a door, we will inclose her with boards of cedar.
10 I am a wall, and my breasts like towers: then was I in his eyes as one that found favour.
11 Solomon had a vineyard at Baalhamon; he let out the vineyard unto keepers; every one for the fruit thereof was to bring a thousand pieces of silver.
12 My vineyard, which is mine, is before me: thou, O Solomon, must have a thousand, and those that keep the fruit thereof two hundred.
13 Thou that dwellest in the gardens, the companions hearken to thy voice: cause me to hear it.
14 Make haste, my beloved, and be thou like to a roe or to a young hart upon the mountains of spices.
Reflexion by Noemi Dominguez:
Without going into the pagan origins of what gave rise to this celebration, every year, thousands of romantic writers send letters addressed to “Juliet”, in Verona, Italy, the title of the well-known romantic tragedy, “Romeo and Juliet”. The city marks the location of Shakespeare’s tale, and a team of volunteers from the Juliet Club answers each of the letters. Every year on Valentine’s Day, the club awards the “Cara Giulietta” (“Dear Juliet”) award to the author of the most touching love letter. [History.com]. As far as I am concerned, I would reward the emotional and profound statements of the beloved to his beloved: “Hang my locket around your neck, wear my ring on your finger. Love is invincible facing anger and death. Passion laughs at the terrors of hell. The fire of love stops at nothing—it sweeps everything before it. Flood waters can’t drown love, torrents of rain can’t put it out. Love can’t be bought, love can’t be sold— it’s not to be found in the marketplace.” [verses 6 and 7, The Message]. What woman would not be flattered and satisfied at such a statement? Does not the author describe the love with which Christ loves us? The nail marks in His hands and in His side, His last words, It is finished! As the seal of full payment of our debts, the Divine flame that illuminates us and warms us in the cold loneliness of this world, love that neither storms, nor floods can extinguish and whose value is the best investment a human being can make. Do not be discouraged, he is at your side [or can be if you open your heart to him], listen to His voice and make yours heard [He is listening] [verse 13]
0 Comments