Salmos 119 (Daleth: 25-32) Enséñame tus estatutos.
25 Pegóse al polvo mi alma: Vivifícame según tu palabra.
26 Mis caminos te conté, y me has respondido: Enséñame tus estatutos.
27 Hazme entender el camino de tus mandamientos, Y hablaré de tus maravillas.
28 Deshácese mi alma de ansiedad: Corrobórame según tu palabra.
29 Aparta de mí camino de mentira; Y hazme la gracia de tu ley.
30 Escogí el camino de la verdad; He puesto tus juicios delante de mí.
31 Allegádome he á tus testimonios; Oh Jehová, no me avergüences.
32 Por el camino de tus mandamientos correré, Cuando ensanchares mi corazón.
Reflexión por Noemi Dominguez:
“Me parece imposible que deje de existir, o que este espíritu activo e inquieto, igualmente vivo a la alegría y a la tristeza, sea sólo polvo organizado.” [María Wollstonecraft]. Si, es verdad, parece imposible, a menos que ese polvo esté en las manos de un Dios Creador. “El dolor no cambia a alguien, solo lo revela.” [P.S. J. Kumar] y todos, tarde o temprano, debemos experimentarlo. “Abatida hasta el polvo está mi alma” “Se deshace mi alma de ansiedad” [versículos 25 y 28, Reina Varela 1960]. Otra traducción los expresa aún más gráficamente “Estoy a punto de morir;” “ Estoy ahogado en lágrimas de dolor”. [Dios Habla Hoy]. Me parece escuchar palabras así de hermanos y hermanas pasando por los momentos más difíciles de sus vidas, sin embargo, aún en medio del dolor hay una sonrisa en sus rostros. No están felices pero están gozosos porque la felicidad depende de las circunstancias y cuando éstas son adversas, se pierde la felicidad pero el gozo no es el estado de las circunstancias de alrededor sino un estado interior del corazón, que solo el Espíritu Santo puede conceder, [Gálatas 5:22 – 23] porque no tiene que ver con lo que pasa “afuera” sino a quien tenemos “adentro,” en nuestro ser interior. Que el dolor del fracaso o de la enfermedad me lleve más cerca de mi Jesús y que mis lágrimas de dolor se conviertan en lágrimas de gozo porque Tú presencia así las transforma porque Tú “Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.” [Salmo 16:11].
Psalms 119 (Daleth 25-32): Teach me thy statutes.
25 My soul cleaveth unto the dust: quicken thou me according to thy word.
26 I have declared my ways, and thou heardest me: teach me thy statutes.
27 Make me to understand the way of thy precepts: so shall I talk of thy wondrous works.
28 My soul melteth for heaviness: strengthen thou me according unto thy word.
29 Remove from me the way of lying: and grant me thy law graciously.
30 I have chosen the way of truth: thy judgments have I laid before me.
31 I have stuck unto thy testimonies: O Lord, put me not to shame.
32 I will run the way of thy commandments, when thou shalt enlarge my heart.
Reflexion by Noemi Dominguez:
“It appears to me impossible that I should cease to exist, or that this active, restless spirit, equally alive to joy and sorrow, should be only organized dust. ” [Mary Wollstonecraft]. Yes, it is true, it seems impossible, unless that dust is in the hands of a Creator God. “Pain doesn’t change someone, it just reveals it.” [P.S.J. Kumar] and we all, eventually, must experience it. “My earthly life cleaves to the dust” ” My life dissolves and weeps itself away for heaviness;” [verses 25 and 28, Amplified Bible]. Another translation expresses them even more graphically “I lie here like a dying man.; ” I am sad and tired.” [Easy-to-Read Version]. I have often heard such words from brothers and sisters going through the most difficult moments of their lives, yet even in the midst of their pain there is a smile on their faces. They are not happy but they are joyful because happiness depends on circumstances and when these are adverse, happiness is lost but joy is not the state of surrounding circumstances but an inner state of heart, which only the Holy Spirit can grant, [Galatians 5:22-23] because it has nothing to do with what happens “outside” but with who is “inside,” in our inner being. May the pain of failure or illness bring me closer to my Jesus and may my tears of pain become tears of joy because Your presence thus transforms them as You, and only You ” … wilt show me the path of life; in Thy presence is fullness of joy; at Thy right hand there are pleasures for evermore.” [Psalm 16:11, 21st Century King James].
One Comment
Ruth
Hermoso y alentador comentario de la porción del salmo que hoy nos ha tocado leer y meditar. Gracias!!