Salmos 121: Jehová es tu guardador.
1 Cántico gradual. ALZARÉ mis ojos á los montes, De donde vendrá mi socorro.
2 Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.
3 No dará tu pie al resbaladero; Ni se dormirá el que te guarda.
4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda á Israel.
5 Jehová es tu guardador: Jehová es tu sombra á tu mano derecha.
6 El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.
7 Jehová te guardará de todo mal: El guardará tu alma.
8 Jehová guardará tu salida y tu entrada, Desde ahora y para siempre.
Reflexión por Noemi Dominguez:
! ¡Mira donde caminas! Esta es una repetida expresión tanto para los niños y para los de la tercera edad. Quizás por eso nos acostumbramos a caminar “mirando para abajo.” El salmo de hoy nos invita a alzar nuestros ojos y mirar hacia arriba. El salmo del viajero, como algunos lo llaman no es solo para los “viajes largos; “también lo es para el camino de cada día. A los montes por fe miraré y en la cumbre al Señor yo veré. Fiel a Él seguiré sin temor, Su Palabra jamás dudaré. No dormirá mi Guardián protector. ¿Hay acaso otro amor así? A los montes por fe miraré y en la cumbre al Señor yo veré” [autor anónimo]. En momentos de preocupación o incertidumbre, cuando me encuentro mirando a los obstáculos del camino, frecuentemente Dios trae las palabras de esta canción a mi mente y comienzo a cantarla en voz baja. Jesús mismo nos dio el ejemplo cuando Él alzó sus ojos al Padre en el momento crucial de la historia de la redención: “Estas cosas habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a ti,” [Juan 17:1, Versión Biblia de las Américas]. La mirada puesta en Él renueva las fuerzas del viajero, y salva a quien llega a la entrada del Camino, y alzando su mirada ve en la cruz al que le dice: Ven “a mí los que estén cansados y agobiados, que yo los haré descansar.” No demores más: ¡Alza tus ojos!
Psalms 121: God the Help of Those Who Seek Him.
1 I will lift up mine eyes unto the hills, from whence cometh my help.
2 My help cometh from the Lord, which made heaven and earth.
3 He will not suffer thy foot to be moved: he that keepeth thee will not slumber.
4 Behold, he that keepeth Israel shall neither slumber nor sleep.
5 The Lord is thy keeper: the Lord is thy shade upon thy right hand.
6 The sun shall not smite thee by day, nor the moon by night.
7 The Lord shall preserve thee from all evil: he shall preserve thy soul.
8 The Lord shall preserve thy going out and thy coming in from this time forth, and even for evermore.
Reflexion by Noemi Dominguez:
! See where you walk! This is a repeated expression for both children and the elderly. Maybe that’s why we get used to walking “looking down.” Today’s psalm invites us to lift up our eyes and look up. The traveler’s psalm, as some call it, isn’t just for “long journeys; ” it is also for the path of each day. To the mountains by faith I will look and at the summit the Lord I will see. Faithful to Him I will follow without fear, His Word I will never doubt. My Protective Guardian will not sleep. Is there another love like that? To the mountains by faith I will look and at the summit the Lord I will see” [anonymous author]. In times of worry or uncertainty, when I find myself looking at the obstacles along the way, God often brings the words of this song to my mind and I begin to sing it quietly. Jesus Himself gave us the example when He lifted Up His eyes to the Father at the crucial moment in the history of redemption: “Thesethings Jesus spoke, and raising his eyes to heaven, He said, ‘Father, the hour has come; glorify your Son, that the Son may glorify you,”[John 17:1, Bible Version of the Americas]. The gaze set on Him renews the strength of the traveler, and saves those who arrive at the entrance of the Way, and raising their gaze he sees on the cross to whom he says: “Come to me those who are tiredand burdened, that I will makethemrest.” Don’t delay any longer: Raise your eyes!
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