Salmos 84: Anhelo por la casa de Dios.
1 Al Músico principal: sobre Gittith: Salmo para los hijos de Coré. CUAN amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!
2 Codicia y aun ardientemente desea mi alma los atrios de Jehová: Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
3 Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus pollos En tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.
4 Bienaventurados los que habitan en tu casa: Perpetuamente te alabarán (Selah.)
5 Bienaventurado el hombre que tiene su fortaleza en ti; En cuyo corazón están tus caminos.
6 Atravesando el valle de Baca pónenle por fuente, Cuando la lluvia llena los estanques.
7 Irán de fortaleza en fortaleza, Verán á Dios en Sión.
8 Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración: Escucha, oh Dios de Jacob (Selah.)
9 Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.
10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos: Escogería antes estar á la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.
11 Porque sol y escudo es Jehová Dios: Gracia y gloria dará Jehová: No quitará el bien á los que en integridad andan.
12 Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía.
Reina-Valera Antigua (RVA)
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Reflexión por Noemi Dominguez:
Estas esperando el cheque del estímulo? ¡No hay mejor estímulo que disfrutar de la presencia del Señor ¡Este salmo rebalsa de emociones! No abundan las peticiones ni los lamentos como en otros salmos. Aún sin haber sido privado por la pandemia o por la persecución, los hijos de Coré celebran el profundo gozo de reunirse presencialmente en la casa de Dios. ¡Cuán preciosas son tus moradas, oh, Señor de los ejércitos! Anhela mi alma, y aun desea con ansias los atrios del Señor; mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.” [versículos 1 y2, Versión Biblia de las Américas]. Aunque no debemos confundir la emoción con la presencia del Espíritu Santo, todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo puede deleitarse en la presencia del Señor. ¿Pero qué cuando nos presentamos delante de Él y no sentimos ninguna emoción? Por supuesto que Dios está allí. Es como si el salmista nos dijera, he intentado “entrar” pero no siento nada, aun así “… Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios que habitar donde reside la maldad” [versículo 10, Reina Varela 1995]. Aunque no sienta nada, aunque no “pueda entrar” en el gozo emocionante de Tu presencia, aquí me quedo; a la puerta. Es que en realidad “el justo por la fe vivirá,” oración textualmente repetida en Habacuc 2:4; Romanos 1;17. Gálatas 3:11 y Hebreos 10:38. Por eso, sintámoslo o no, “Entra en la presencia del Señor con gratitud y adoralé de corazón. Entra en la presencia del Señor con gratitud y alza tu voz, con júbilo. Da gloria y honra y alabanzas al señor, ¡Oh, Cristo! nombre sin igual.” [Lynn Baird]
Psalm 84: The Blessedness of Dwelling in the House of God.
1 How amiable are thy tabernacles, O Lord of hosts!
2 My soul longeth, yea, even fainteth for the courts of the Lord: my heart and my flesh crieth out for the living God.
3 Yea, the sparrow hath found an house, and the swallow a nest for herself, where she may lay her young, even thine altars, O Lord of hosts, my King, and my God.
4 Blessed are they that dwell in thy house: they will be still praising thee. Selah.
5 Blessed is the man whose strength is in thee; in whose heart are the ways of them.
6 Who passing through the valley of Baca make it a well; the rain also filleth the pools.
7 They go from strength to strength, every one of them in Zion appeareth before God.
8 O Lord God of hosts, hear my prayer: give ear, O God of Jacob. Selah.
9 Behold, O God our shield, and look upon the face of thine anointed.
10 For a day in thy courts is better than a thousand. I had rather be a doorkeeper in the house of my God, than to dwell in the tents of wickedness.
11 For the Lord God is a sun and shield: the Lord will give grace and glory: no good thing will he withhold from them that walk uprightly.
12 O Lord of hosts, blessed is the man that trusteth in thee.
King James Version (KJV)
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Reflexion by Noemi Dominguez:
Are you waiting for the stimulus check? Another term for stimulus is “incentive.” There is no better incentive for searching the Scriptures than enjoying the presence of the Lord. This psalm drips with emotions. Requests and complaints abound like in other psalms, but not in this one. Even without being locked-down by the pandemic or by persecution, the children of Korah celebrate the profound joy of meeting in person in the house of God. “How lovely is your dwelling place, Lord Almighty! My soul yearns, even faints, for the courts of the Lord; my heart and my flesh cry out for the living God.” [verses 1 and 2, New International Version]. Although we should not confuse our emotions with the presence of the Holy Spirit, all our being, spirit, soul, and body can delight in the presence of the Lord. But what about when we stand before Him and feel no emotion? Of course God is there. It’s as if the Psalmist is telling us, I’ve tried to “enter” but I don’t feel anything, yet “… I would rather stand at the threshold of the house of my God than live in the tents of wicked people.” [verse 10, Queen Varela 1995]. Even if I feel nothing, even if I cannot “enter” into the exciting joy of Your presence, here I am; at the door. Is it not what the sentence “the righteous by faith shall live,” really means? This sentence is repeated in Habakkuk 2:4; Romans 1;17. Galatians 3:11 and Hebrews 10:38. Therefore, whether we feel it or not, let us ” Come into His Presence with thanksgiving in your hearts and give Him praise, and give Him praise. Come into His presence with thanksgiving in your hearts, your voices raise, your voices raise. Give glory and honor and power unto Him Jesus the name above all names.” [Lynn Baird].
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