Salmos 59: El Señor es nuestro protector.
1 Al Músico principal: sobre No destruyas: Michtam de David, cuando envió Saúl, y guardaron la casa para matarlo. LIBRAME de mis enemigos, oh Dios mío: Ponme en salvo de los que contra mí se levantan.
2 Líbrame de los que obran iniquidad, Y sálvame de hombres sanguinarios.
3 Porque he aquí están acechando mi vida: Hanse juntado contra mí fuertes, No por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová.
4 Sin delito mío corren y se aperciben: Despierta para venir á mi encuentro, y mira.
5 Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel, Despierta para visitar todas las gentes: No hayas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. (Selah.)
6 Volveránse á la tarde, ladrarán como perros, Y rodearán la ciudad.
7 He aquí proferirán con su boca; Cuchillos están en sus labios, Porque dicen: ¿Quién oye?
8 Mas tú, Jehová, te reirás de ellos, Te burlarás de todas las gentes.
9 De su fuerza esperaré yo en ti: Porque Dios es mi defensa.
10 El Dios de mi misericordia me prevendrá: Dios me hará ver en mis enemigos mi deseo.
11 No los matarás, porque mi pueblo no se olvide: Hazlos vagar con tu fortaleza, y abátelos. Oh Jehová, escudo nuestro,
12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios; Y sean presos por su soberbia, Y por la maldición y mentira que profieren.
13 Acábalos con furor, acábalos, y no sean: Y sepan que Dios domina en Jacob Hasta los fines de la tierra. (Selah).
14 Vuelvan pues á la tarde, y ladren como perros, Y rodeen la ciudad.
15 Anden ellos errantes para hallar qué comer: Y si no se saciaren, murmuren.
16 Yo empero cantaré tu fortaleza, Y loaré de mañana tu misericordia: Porque has sido mi amparo Y refugio en el día de mi angustia.
17 Fortaleza mía, á ti cantaré; Porque eres Dios de mi amparo, Dios de mi misericordia.
Reina-Valera Antigua (RVA)
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Reflexión por Noemi Dominguez:
La policía de Georgia cree que una manada de perros salvajes mató a un médico local, dejando s cuerpo en una zanja al costado de la carretera; así nos informó recientement el Atlanta Journal Constitution. Nos imaginamos el terror que esta doctora habrá experimentado cuando detuvo su automóvil y bajo de en medio de la noche, quizás con la buena intención de alimentarlos y fue brutalmente atacada. David, sin culpa alguna, se siente perseguido por hombres sanguinarios [versículo 2] como si fueran perros gruñendo y rodeando la ciudad [versículos 6,7, 14 y 15]. La descripción del terror no puede ser más gráfica. Algo así experimentó el Hijo mismo de Dios, proféticamente expresado en el Salmo 22: 12 y 13: “Muchos toros me rodean; fuertes toros de Basán me cercan. Contra mí abren sus fauces leones que rugen y desgarran a su presa.” [Nueva Versión Internacional]. David encontró refugio y amparo en Dios. Dios lo libró de sus feroces enemigos. No ocurrió lo mismo con nuestro Salvador. Dios el Padre lo desamparó y hombres sanguinarios lo ultrajaron sin piedad. “Clavado en cruz, Jesús murió, por mi maldad allí sufrió, en mi lugar El se encontró, mi salvación así compró. ¿Y puede ser? ¿Sufriste así, Señor Jesús de amor por mí? No puedo más, me entrego hoy, sin más tardar a Ti me doy.” [William McKendree Darwood].
Psalm 59: The Assured Judgment of the Wicked.
1 Deliver me from mine enemies, O my God: defend me from them that rise up against me.
2 Deliver me from the workers of iniquity, and save me from bloody men.
3 For, lo, they lie in wait for my soul: the mighty are gathered against me; not for my transgression, nor for my sin, O Lord.
4 They run and prepare themselves without my fault: awake to help me, and behold.
5 Thou therefore, O Lord God of hosts, the God of Israel, awake to visit all the heathen: be not merciful to any wicked transgressors. Selah.
6 They return at evening: they make a noise like a dog, and go round about the city.
7 Behold, they belch out with their mouth: swords are in their lips: for who, say they, doth hear?
8 But thou, O Lord, shalt laugh at them; thou shalt have all the heathen in derision.
9 Because of his strength will I wait upon thee: for God is my defence.
10 The God of my mercy shall prevent me: God shall let me see my desire upon mine enemies.
11 Slay them not, lest my people forget: scatter them by thy power; and bring them down, O Lord our shield.
12 For the sin of their mouth and the words of their lips let them even be taken in their pride: and for cursing and lying which they speak.
13 Consume them in wrath, consume them, that they may not be: and let them know that God ruleth in Jacob unto the ends of the earth. Selah.
14 And at evening let them return; and let them make a noise like a dog, and go round about the city.
15 Let them wander up and down for meat, and grudge if they be not satisfied.
16 But I will sing of thy power; yea, I will sing aloud of thy mercy in the morning: for thou hast been my defence and refuge in the day of my trouble.
17 Unto thee, O my strength, will I sing: for God is my defence, and the God of my mercy.
King James Version (KJV)
Public Domain
Reflexion by Noemi Dominguez:
Georgia police believe a herd of wild dogs killed a local doctor, leaving her body in a ditch by the side of the road; we were so recently informed by the Atlanta Journal Constitution. We can’t imagine the terror this doctor must have experienced when she stopped her car and got down the middle of the night, perhaps with the good intention of feeding them and was brutally attacked. David, blamelessly, feels persecuted by bloodthirsty men [verse 2] as if they were dogs growling and surrounding the city [verses 6,7, 14, and 15]. The description of terror cannot be more graphic. Something even worse was actually experienced the Son of God Himself, prophetically expressed in Psalm 22: 12 and 13 where it is said: “any bulls surround me; strong bulls of Bashan encircle me. Roaring lions that tear their prey pen their mouths wide against me.” [New International Version]. David found refuge and shelter in God. God delivered him from his fierce enemies. The same was not the true for our Lord and Savior. God the Father helped him, and bloodthirsty men mercilessly outraged him. ” On Calvary’s brow my Savior died ’Twas there my Lord was crucified; ’Twas on the cross He bled for me and purchased there my pardon free. Calvary! dark Calvary! Where Jesus shed His blood for me; O Calvary! blest Calvary! ’Twas there my Savior died for me ” [William McKendree Darwood].
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