Salmos 32: La dicha del perdón.
1 Salmo de David: Masquil. BIENAVENTURADO aquel cuyas iniquidades son perdonadas, y borrados sus pecados.
2 Bienaventurado el hombre á quien no imputa Jehová la iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay superchería.
3 Mientras callé, envejeciéronse mis huesos En mi gemir todo el día.
4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Volvióse mi verdor en sequedades de estío. (Selah.)
5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Confesaré, dije, contra mí mis rebeliones á Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Selah.)
6 Por esto orará á ti todo santo en el tiempo de poder hallarte: Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas á él.
7 Tú eres mi refugio; me guardarás de angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah.)
8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar: Sobre ti fijaré mis ojos.
9 No seáis como el caballo, ó como el mulo, sin entendimiento: Con cabestro y con freno su boca ha de ser reprimida, Para que no lleguen á ti.
10 Muchos dolores para el impío; Mas el que espera en Jehová, lo cercará misericordia.
11 Alegraos en Jehová, y gozaos, justos: Y cantad todos vosotros los rectos de corazón.
Reina-Valera Antigua (RVA)
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Reflexión por Noemi Dominguez:
“Pocas cosas aceleran tanto el proceso de paz como admitir humildemente nuestras propias faltas y pedir perdón.” [Lee Strobel]. No hace mucho leímos acerca de la trágica caída moral de David y sus funestas consecuencias. Confrontado por el profeta Natán David reconoce su pecado. Las palabras del Salmo 51 expresan su genuino arrepentimiento. Probablemente el salmo 32 haya sido escrito inmediatamente después del Salmo 51 porque en este salmo expresa repetidas veces el gran alivio producido por su confesión. “Confesar tus pecados a Dios no es decirle a [Dios] nada que [Dios] no sepa. Sin embargo, hasta que los confiesas, crea un abismo entre tú y Dios. Cuando los confiesas, se convierten en el puente.” [Frederick Buechner]. Un puente a la paz, un puente al gozo del perdón, un puente a la esperanza, un puente a una catarsis espiritual, un puente a un nuevo comienzo. “Todavía se puede construir un puente, aunque las aguas amargas fluyen debajo.” [Anthony Liccione]. Jesús el único puente a la costas celestiales: “pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad. Porque hay un solo Dios y mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien dio su vida como rescate por todos.” [1 Timoteo 2:4-6, Nueva Versión Internacional]. Para ser el puente, Jesús experimentó las amargas aguas del pecado para que por fe en Él tu y yo tengamos acceso a la ribera de la patria celestial.
Psalm 32: The Joy of Forgiveness.
1 Blessed is he whose transgression is forgiven, whose sin is covered.
2 Blessed is the man unto whom the Lord imputeth not iniquity, and in whose spirit there is no guile.
3 When I kept silence, my bones waxed old through my roaring all the day long.
4 For day and night thy hand was heavy upon me: my moisture is turned into the drought of summer. Selah.
5 I acknowledge my sin unto thee, and mine iniquity have I not hid. I said, I will confess my transgressions unto the Lord; and thou forgavest the iniquity of my sin. Selah.
6 For this shall every one that is godly pray unto thee in a time when thou mayest be found: surely in the floods of great waters they shall not come nigh unto him.
7 Thou art my hiding place; thou shalt preserve me from trouble; thou shalt compass me about with songs of deliverance. Selah.
8 I will instruct thee and teach thee in the way which thou shalt go: I will guide thee with mine eye.
9 Be ye not as the horse, or as the mule, which have no understanding: whose mouth must be held in with bit and bridle, lest they come near unto thee.
10 Many sorrows shall be to the wicked: but he that trusteth in the Lord, mercy shall compass him about.
11 Be glad in the Lord, and rejoice, ye righteous: and shout for joy, all ye that are upright in heart.
King James Version (KJV)
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Reflexion by Noemi Dominguez:
” Few things accelerate the peace process as much as humbly admitting our own wrongdoing and asking forgiveness.” [Lee Strobel]. Not long ago we read about David’s tragic moral downfall and its dire consequences. Confronted by the prophet Nathan David recognizes his sin. [2 Samuel 11]. The words of Psalm 51 express his genuine repentance. Psalm 32 was probably written immediately after Psalm 51 because in this psalm he repeatedly expresses the great relief produced by his confession. ” To confess your sins to God is not to tell [God] anything [God] doesn’t already know. Until you confess them, however, they are the abyss between you. When you confess them, they become the bridge.” [Frederick Buechner]. A bridge to peace, a bridge to the joy of forgiveness, a bridge to hope, a bridge to a spiritual catharsis, a bridge to a new beginning. “A bridge can still be built, while the bitter waters are flowing beneath.” [Anthony Liccione]. Jesus is the only bridge to the heavenly shores: “who wants all people to be saved and to come to a knowledge of the truth. For there is one God and one mediator between God and mankind, the man Christ Jesus, who gave himself as a ransom for all people.” [1 Timothy 2:4-6, New International Version]. To be the bridge, Jesus experienced the bitter waters of sin so that by faith in Him you and I may have access to the celestial shores.
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