Salmo 8: La gloria de Dios y la honra del hombre.
1 Al Músico principal: sobre Gittith: Salmo de David. OH Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra, Que has puesto tu gloria sobre los cielos!
2 De la boca de los chiquitos y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer cesar al enemigo, y al que se venga.
3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste:
4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, que lo visites?
5 Pues le has hecho poco menor que los ángeles, Y coronástelo de gloria y de lustre.
6 Hicístelo enseñorear de las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies:
7 Ovejas, y bueyes, todo ello; Y asimismo las bestias del campo,
8 Las aves de los cielos, y los peces de la mar; Todo cuanto pasa por los senderos de la mar.
9 Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
Reina-Valera Antigua (RVA)
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Momento de Reflexión por Noemi Dominguez:
Hace muchos años al regresar de un campamento notamos que faltaba nuestro hijo menor. Por la alegría de encontrarlo dejamos todo el dinero de la semana de campamento en una gasolinera de campo. Recién al entrar en casa nos dimos cuenta de que faltaba el dinero. Dios también en eso manifestó su misericordia y volvimosgozosos por haberrecuperado lo perdido. El salmo 8 no solo revela la grandeza del Creador sino también el lugar privilegiado que le dio al primer Adán al darle es señorío sobre toda la creación.Lamentablemente, por el pecado, Adán no logró cumplir el plan Divino. Lo que el primer hombre perdió el postrer Adán, Cristo Jesús, lo recuperó con creces. Hebreos 2:6-11 y Romanos 8:17-21 aplican este salmo a Cristo cuyo advenimiento estamos recordando y quien nos visitó como el Buen Pastor quien no solo recupera la oveja perdida, sino que también la hace heredera de la gloria venidera.Alegrémonos porque, aunque a veces pensamos que somos una insignificante oveja perdida, ¡Cristo nos encontró!
Psalm 8: The Glory of the Lord in Creation.
1 O Lord, our Lord, how excellent is thy name in all the earth! who hast set thy glory above the heavens.
2 Out of the mouth of babes and sucklings hast thou ordained strength because of thine enemies, that thou mightest still the enemy and the avenger.
3 When I consider thy heavens, the work of thy fingers, the moon and the stars, which thou hast ordained;
4 What is man, that thou art mindful of him? and the son of man, that thou visitest him?
5 For thou hast made him a little lower than the angels, and hast crowned him with glory and honour.
6 Thou madest him to have dominion over the works of thy hands; thou hast put all things under his feet:
7 All sheep and oxen, yea, and the beasts of the field;
8 The fowl of the air, and the fish of the sea, and whatsoever passeth through the paths of the seas.
9 O Lord our Lord, how excellent is thy name in all the earth!
King James Version (KJV)
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Reflection by Noemi Dominguez:
Many years ago, when we were getting ready to return from a Christian camp, we noticed that our youngest son was missing. For the joy of finding him we left all the money from the camp week at a country gas station. It was only when we entered our home that we realized that the money was missing. God also manifested his mercy in this, and we returned joyfulhaving recovered also the lost money. Psalm 8 reveals not only the greatness of the Creator but also the privileged place he gave to the first Adam by giving him a lordship over all creation. Unfortunately, because of sin, Adam failed to fulfill the Divine plan. What the first man lost the last Adam, Christ Jesus, recovered. Hebrews 2:6-11 and Romans 8:17-21 apply this psalm to Christ whose advent we are remembering and who visited us as the Good Shepherd who not only recovers the lost sheep, but also makes it heir to the coming glory. Let us rejoice because although we sometimes think ofourselves as an insignificant lost sheep, Christ has found us!
One Comment
Aida Samayoa de Contreras.
Gloria a Dios!!! Pèrdida y errante andaba Yò,
Hasta què el buèn Pastor me encontrò, del lodo cenagoso
me rescatô limpio mis heridas las vendo, me abrazô
Hija Mia me llamò, què Dia tan Hermoso, Vida nueva El, me dio.
No hay gozô màs grànde, què sentirse amada, por El Señor.
Porque El, me Amò primero. Gracias Señor. Amèn.