Nahum 2: Caída de Nínive.
1 SUBIO destruidor contra ti: guarda la fortaleza, mira el camino, fortifica los lomos, fortalece mucho la fuerza.
2 Porque Jehová restituirá la gloria de Jacob como la gloria de Israel; porque vaciadores los vaciaron, y estropearon sus mugrones.
3 El escudo de sus valientes será bermejo, los varones de su ejército vestidos de grana: el carro como fuego de hachas; el día que se aparejará, temblarán las hayas.
4 Los carros se precipitarán á las plazas, discurrirán por las calles: su aspecto como hachas encendidas; correrán como relámpagos.
5 Acordaráse él de sus valientes; andando tropezarán; se apresurarán á su muro, y la cubierta se aparejará.
6 Las puertas de los ríos se abrirán, y el palacio será destruido.
7 Y la reina fué cautiva; mandarle han que suba, y sus criadas la llevarán gimiendo como palomas, batiendo sus pechos.
8 Y fué Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas; mas ellos huyen: Parad, parad; y ninguno mira.
9 Saquead plata, saquead oro: no hay fin de las riquezas y suntuosidad de todo ajuar de codicia.
10 Vacía, y agotada, y despedazada está, y el corazón derretido: batimiento de rodillas, y dolor en todos riñones, y los rostros de todos tomarán negrura.
11 ¿Qué es de la morada de los leones, y de la majada de los cachorros de los leones, donde se recogía el león, y la leona, y los cachorros del león, y no había quien les pusiese miedo?
12 El león arrebataba en abundancia para sus cachorros, y ahogaba para sus leonas, y henchía de presa sus cavernas, y de robo sus moradas.
13 Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos. Encenderé y reduciré á humo tus carros, y espada devorará tus leoncillos; y raeré de la tierra tu robo, y nunca más se oirá voz de tus embajadores.
Reflexión por Noemi Dominguez:
“Las puertas del río se abrirán” [versículo 6, Reina Varela 1960]. En el momento culminante del poderío de Nínive, y en vísperas de su repentina destrucción, apareció Nahúm con esta profecía que algunos han llamado el Clamor de la humanidad pidiendo justicia. Nínive, como muchas de las grandes ciudades de la antigüedad, fue fundada a orillas de un gran rio. Después de dos años de haber sido sitiada, una repentina creciente del río destruyó parte de los muros. A través de la brecha así abierta, el ejército de los medos conquistó la ciudad. Las puertas del río se abrieron para que Dios ejecutara Su justicia en una ciudad en la cual Dios había manifestado su misericordia un siglo y medio antes mediante el profeta Jonás. Cinco siglos después Jesús anunciaría las aguas de otro río: “Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: «De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva». [Juan 7:37-38, Biblia de las Americas]. Las puertas de ese río han sido abiertas para la salvación de todo aquel que en ella sacia su sed. “Mantén una correcta relación con Dios, encuentra tu gozo allí, y de ti fluirá ríos de agua viva.” [Oswald Chambers]. Entonces podrás cantar: “Si paz cual un río es aquí mi porción, Si es como las olas del mar, Cualquiera mi suerte, es ya mi canción “Está bien, con mi alma está bien”. [Horacio Spafford]. Hoy quiero beber, no del el rio de destrucción, sino que del rio que brota de la cruz, cuyas aguas son de paz y de perdón.
Nahum 2: The Destruction of Nineveh.
1 He that dasheth in pieces is come up before thy face: keep the munition, watch the way, make thy loins strong, fortify thy power mightily.
2 For the Lord hath turned away the excellency of Jacob, as the excellency of Israel: for the emptiers have emptied them out, and marred their vine branches.
3 The shield of his mighty men is made red, the valiant men are in scarlet: the chariots shall be with flaming torches in the day of his preparation, and the fir trees shall be terribly shaken.
4 The chariots shall rage in the streets, they shall justle one against another in the broad ways: they shall seem like torches, they shall run like the lightnings.
5 He shall recount his worthies: they shall stumble in their walk; they shall make haste to the wall thereof, and the defence shall be prepared.
6 The gates of the rivers shall be opened, and the palace shall be dissolved.
7 And Huzzab shall be led away captive, she shall be brought up, and her maids shall lead her as with the voice of doves, tabering upon their breasts.
8 But Nineveh is of old like a pool of water: yet they shall flee away. Stand, stand, shall they cry; but none shall look back.
9 Take ye the spoil of silver, take the spoil of gold: for there is none end of the store and glory out of all the pleasant furniture.
10 She is empty, and void, and waste: and the heart melteth, and the knees smite together, and much pain is in all loins, and the faces of them all gather blackness.
11 Where is the dwelling of the lions, and the feedingplace of the young lions, where the lion, even the old lion, walked, and the lion’s whelp, and none made them afraid?
12 The lion did tear in pieces enough for his whelps, and strangled for his lionesses, and filled his holes with prey, and his dens with ravin.
13 Behold, I am against thee, saith the Lord of hosts, and I will burn her chariots in the smoke, and the sword shall devour thy young lions: and I will cut off thy prey from the earth, and the voice of thy messengers shall no more be heard.
Reflexion by Noemi Dominguez:
“The gates that hold back the river are opened” [verse 6, Evangelical Heritage Version]. At the height of Nineveh’s might, and on the eve of its sudden destruction, Nahum appeared with this prophecy that some have called the Cry of Mankind for Justice. Nineveh, like many of the great cities of antiquity, was founded on the banks of a great river. Two years after being besieged, a sudden rising river destroyed part of the walls. Through the gap thus opened, the army of the Medes conquered the city. The gates of the river were opened for God to execute His righteousness in a city in which God had manifested His mercy a century and a half earlier through the prophet Jonah. Five centuries later Jesus would announce the waters of another river: “On the last and most important day of the festival, Jesus stood up and cried out, “If anyone is thirsty, let him come to me[a] and drink. 38 The one who believes in me, as the Scripture has said, will have streams of living water flow from deep within him.” [John 7:37-38, Christian Standard Bible]. The gates of that river have been opened for the salvation of all who quench their thirst in it. “Be rightly related to God, find your joy there, and out of you will flow rivers of living water” [Oswald Chambers]. Then you can sing: “When peace, like a river, attendeth my way, when sorrows like sea billows roll; whatever my lot, Thou hast taught me to say:It is well, it is well with my soul, It is well with my soul, it is well.” [Horatio Spafford]. Today I want to drink, not from the river of destruction, but from the river that flows from the cross, whose waters are streams of peace and forgiveness.
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