Jueces 12: Muerte de Jefté.
1 Y JUNTANDOSE los varones de Ephraim, pasaron hacia el aquilón, y dijeron á Jephté: ¿Por qué fuiste á hacer guerra contra los hijos de Ammón, y no nos llamaste para que fuéramos contigo? Nosotros quemaremos á fuego tu casa contigo.
2 Y Jephté les respondió: Yo tuve, y mi pueblo, una gran contienda con los hijos de Ammón, y os llamé, y no me defendisteis de sus manos.
3 Viendo pues que no me defendíais, puse mi alma en mi palma, y pasé contra los hijos de Ammón, y Jehová los entregó en mi mano: ¿por qué pues habéis subido hoy contra mí para pelear conmigo?
4 Y juntando Jephté á todos los varones de Galaad, peleó contra Ephraim; y los de Galaad hirieron á Ephraim, porque habían dicho: Vosotros sois fugitivos de Ephraim, vosotros sois Galaaditas entre Ephraim y Manasés.
5 Y los Galaaditas tomaron los vados del Jordán á Ephraim; y era que, cuando alguno de los de Ephraim que había huído, decía, ¿pasaré? los de Galaad le preguntaban: ¿Eres tú Ephrateo? Si él respondía, No;
6 Entonces le decían: Ahora pues, di, Shiboleth. Y él decía, Siboleth; porque no podía pronunciar de aquella suerte. Entonces le echaban mano, y le degollaban junto á los vados del Jordán. Y murieron entonces de los de Ephraim cuarenta y dos mil.
7 Y Jephté juzgó á Israel seis años: luego murió Jephté Galaadita, y fué sepultado en una de las ciudades de Galaad.
8 Después de él juzgó á Israel Ibzan de Beth-lehem;
9 El cual tuvo treinta hijos y treinta hijas, las cuales casó fuera, y tomó de fuera treinta hijas para sus hijos: y juzgó á Israel siete años.
10 Y murió Ibzan, y fué sepultado en Beth-lehem.
11 Después de él juzgó á Israel Elón, Zabulonita, el cual juzgó á Israel diez años.
12 Y murió Elón, Zabulonita, y fué sepultado en Ajalón en la tierra de Zabulón.
13 Después de él juzgó á Israel Abdón hijo de Hillel, Piratonita.
14 Este tuvo cuarenta hijos y treinta nietos, que cabalgaban sobre setenta asnos: y juzgó á Israel ocho años.
15 Y murió Abdón hijo de Hillel, Piratonita, y fué sepultado en Piratón, en la tierra de Ephraim, en el monte de Amalec.
Reina-Valera Antigua (RVA)
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Reflexión por Noemi Dominguez:
“Los límites de mi idioma significan los límites de mi mundo”. [Ludwig Wittgenstein]. Nos duele mucho cuando se burlan o nos discriminan por nuestra pobre pronunciación de nuestro segundo idioma. A los de la tribu de Efraín les fue mucho peor; les costó la vida el no poder pronunciar shibolet evidenciando así su origen étnico. Pero la pronunciación no fue la raíz del problema. Ya habían manifestado su actitud de pendencieros en el capítulo 8 con Gedeón. Les fue peor con Jefté. “Bienaventurados los pacificadores, y una forma segura de hacer las paces es dejar solo el fuego de la discordia. Ni lo abaniques, ni lo agites, ni le agregues combustible, sino déjalo consumirse solo. Comienza tu ministerio ciego de un ojo y sordo de un de oído.” [Charles Spurgeon]. Sin embargo, como dijera Billy Graham, “Para ser pacificador, debes conocer al dador de paz.” ¿Quieres conocer personalmente al dador de la paz? Habla directamente con Él; no necesitas intérprete, tampoco importa si no “dominas” el idioma de Dios. Sencillamente dile lo que tu corazón siente, lo que importa no es tu acento sino su sinceridad. “¡Oh qué paz Jesús me da!, paz que antes ignoré. Todo nuevo se tornó desde que su paz hallé. De mis obras despojado, vi la obra de Jesús. Supe que la paz fue hecha por la sangre de su cruz.” [Francis A. Blackmer].
Judges 12: Jephthah’s Conflict with Ephraim.
1 And the men of Ephraim gathered themselves together, and went northward, and said unto Jephthah, Wherefore passedst thou over to fight against the children of Ammon, and didst not call us to go with thee? we will burn thine house upon thee with fire.
2 And Jephthah said unto them, I and my people were at great strife with the children of Ammon; and when I called you, ye delivered me not out of their hands.
3 And when I saw that ye delivered me not, I put my life in my hands, and passed over against the children of Ammon, and the Lord delivered them into my hand: wherefore then are ye come up unto me this day, to fight against me?
4 Then Jephthah gathered together all the men of Gilead, and fought with Ephraim: and the men of Gilead smote Ephraim, because they said, Ye Gileadites are fugitives of Ephraim among the Ephraimites, and among the Manassites.
5 And the Gileadites took the passages of Jordan before the Ephraimites: and it was so, that when those Ephraimites which were escaped said, Let me go over; that the men of Gilead said unto him, Art thou an Ephraimite? If he said, Nay;
6 Then said they unto him, Say now Shibboleth: and he said Sibboleth: for he could not frame to pronounce it right. Then they took him, and slew him at the passages of Jordan: and there fell at that time of the Ephraimites forty and two thousand.
7 And Jephthah judged Israel six years. Then died Jephthah the Gileadite, and was buried in one of the cities of Gilead.
8 And after him Ibzan of Bethlehem judged Israel.
9 And he had thirty sons, and thirty daughters, whom he sent abroad, and took in thirty daughters from abroad for his sons. And he judged Israel seven years.
10 Then died Ibzan, and was buried at Bethlehem.
11 And after him Elon, a Zebulonite, judged Israel; and he judged Israel ten years.
12 And Elon the Zebulonite died, and was buried in Aijalon in the country of Zebulun.
13 And after him Abdon the son of Hillel, a Pirathonite, judged Israel.
14 And he had forty sons and thirty nephews, that rode on threescore and ten ass colts: and he judged Israel eight years.
15 And Abdon the son of Hillel the Pirathonite died, and was buried in Pirathon in the land of Ephraim, in the mount of the Amalekites.
King James Version (KJV)
Public Domain
Reflexion by Noemi Dominguez:
“The limits of my language mean the limits of my world.” [Ludwig Wittgenstein]. It hurts us when we are mocked or discriminated against because of our poor pronunciation of our second language. It was much worse for the tribe of Ephraim; not being able to pronounce the word “shibboleth” cost them their lives as through their faulty pronunciation they showed their ethnicity. But pronunciation was not at the root of the problem. They had already expressed their rowdy attitude in chapter 8 with Gideon. They did worse with Jephthah. “Blessed are the peacemakers, and one sure way of peacemaking is to let the fire of contention alone. Neither fan it, nor stir it, nor add fuel to it, but let it go out by itself. Begin your ministry with one blind eye and one deaf ear.” [Charles Spurgeon]. Furthermore, as Billy Graham said, “To be a peacemaker, you must know the peace giver. “Do you want to know the peace giver personally? You can speak directly to Him; you don’t need an interpreter, and it matters not if you aren’t fluent in God’s language. Just tell him what your heart feels, what matters is not your accent but your sincerity. “O the peace my Savior gives, peace I never knew before! And my way has brighter grown since I learned to trust Him more. But He called me closer to Him, bade my doubts and fears all cease, and, when I had fully yielded, filled my soul with perfect peace.].” [Francis A. Blackmer” [F rancis A. Blackmer ].
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