1 Crónicas 12: 1-22: El ejército de David.
1 ESTOS son los que vinieron á David á Siclag, estando él aún encerrado por causa de Saúl hijo de Cis, y eran de los valientes ayudadores de la guerra.
2 Estaban armados de arcos, y usaban de ambas manos en tirar piedras con honda, y saetas con arco. De los hermanos de Saúl de Benjamín:
3 El principal Ahiezer, después Joas, hijos de Semaa Gabaathita; y Jeziel, y Pheleth, hijos de Azmaveth, y Beracah, y Jehú Anathothita;
4 E Ismaías Gabaonita, valiente entre los treinta, y más que los treinta; y Jeremías, Jahaziel, Joanán, Jozabad Gederathita,
5 Eluzai, y Jeremoth, Bealías, Semarías, y Sephatías Haruphita;
6 Elcana, é Isías, y Azareel, y Joezer, y Jasobam, de Coré;
7 Y Joela, y Zebadías, hijos de Jeroham de Gedor.
8 También de los de Gad se huyeron á David, estando en la fortaleza en el desierto, muy valientes hombres de guerra para pelear, dispuestos á hacerlo con escudo y pavés: sus rostros como rostros de leones, y ligeros como las cabras monteses.
9 Eser el primero, Obadías el segundo, Eliab el tercero,
10 Mismana el cuarto, Jeremías el quinto,
11 Attai el sexto, Eliel el séptimo,
12 Johanán el octavo, Elzabad el nono,
13 Jeremías el décimo, Machbani el undécimo.
14 Estos fueron capitanes del ejército de los hijos de Gad. El menor tenía cargo de cien hombres, y el mayor de mil.
15 Estos pasaron el Jordán en el mes primero, cuando había salido sobre todas sus riberas; é hicieron huir á todos los de los valles al oriente y al poniente.
16 Asimismo algunos de los hijos de Benjamín y de Judá vinieron á David á la fortaleza.
17 Y David salió á ellos, y hablóles diciendo: Si habéis venido á mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; mas si para engañarme en pro de mis enemigos, siendo mis manos sin iniquidad, véalo el Dios de nuestros padres, y demándelo.
18 Entonces se envistió el espíritu en Amasai, príncipe de treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores; pues que también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y púsolos entre los capitanes de la cuadrilla.
19 También se pasaron á David algunos de Manasés, cuando vino con los Filisteos á la batalla contra Saúl, aunque no les ayudaron; porque los sátrapas de los Filisteos, habido consejo, lo despidieron, diciendo: Con nuestras cabezas se pasará á su señor Saúl.
20 Así que viniendo él á Siclag, se pasaron á él de los de Manasés, Adnas, Jozabad, Michâel, Jozabad, Jediaiel, Eliú, y Sillethai, príncipes de millares de los de Manasés.
21 Estos ayudaron á David contra aquella compañía; porque todos ellos eran hombres valientes, y fueron capitanes en el ejército.
22 Porque entonces todos los días venía ayuda á David, hasta hacerse un grande ejército, como ejército de Dios.
Reflexión por Noemi Dominguez:
¿Se acercan las graduaciones y no sabes que regalar al graduado? “Los mejores regalos para dar: A tu amigo, lealtad; A tu enemigo, perdón; A tu jefe, servicio; a tu niño, un buen ejemplo; A tus padres, gratitud y devoción; A tu pareja, amor y fidelidad; A todos los hombres y mujeres, caridad.” [Oren Arnold]. Primero en la lista está la lealtad. Para haya lealtad en necesario que haya confianza; y para que haya confianza es necesario que haya integridad. Este incidente así lo demuestra. David estaba huyendo de Saul y se refugió en un territorio enemigo, dominado por los filisteos. Allí acuden a él descendientes de Saul, quien le buscaba para eliminarlo. “Cuando David salió a recibirlos, les advirtió: — Si vienen a mí como amigos y colaboradores, los acepto de todo corazón. Pero si vienen para entregarme a mis enemigos, siendo yo inocente, que el Dios de nuestros antepasados sea testigo y haga justicia. Entonces Amasay, invadido por el espíritu, exclamó: ¡Tuyos somos, David! ¡Estamos contigo, hijo de Jesé! ¡Paz! ¡Paz a ti y paz a tus aliados, pues tu Dios es tu auxilio! David los acogió y los nombró jefes de tropa.” [versículos 17 y 18, La Palabra]. Es en situaciones adversas que la lealtad se pone a prueba. Jesus irrumpió en la historia donde Su enemigo reina y Jesús ahora nos confronta como lo hizo David a los benjamitas y como lo hizo Jesus a sus discípulos cuando todos le abandonaban: ¿Queréis vosotros iros también? Les preguntó. Con la misma inspiración del mismo Espíritu, Pedro dijo: ¿Señor a quien iremos? Tu tienes palabras de vida eterna. [Juan 6:68]. Con ellos nosotros también decimos” “¡Tuyos somos!
1 Chronicles 12:1-22: The Growth of David’s Army.
1 Now these are they that came to David to Ziklag, while he yet kept himself close because of Saul the son of Kish: and they were among the mighty men, helpers of the war.
2 They were armed with bows, and could use both the right hand and the left in hurling stones and shooting arrows out of a bow, even of Saul’s brethren of Benjamin.
3 The chief was Ahiezer, then Joash, the sons of Shemaah the Gibeathite; and Jeziel, and Pelet, the sons of Azmaveth; and Berachah, and Jehu the Antothite.
4 And Ismaiah the Gibeonite, a mighty man among the thirty, and over the thirty; and Jeremiah, and Jahaziel, and Johanan, and Josabad the Gederathite,
5 Eluzai, and Jerimoth, and Bealiah, and Shemariah, and Shephatiah the Haruphite,
6 Elkanah, and Jesiah, and Azareel, and Joezer, and Jashobeam, the Korhites,
7 And Joelah, and Zebadiah, the sons of Jeroham of Gedor.
8 And of the Gadites there separated themselves unto David into the hold to the wilderness men of might, and men of war fit for the battle, that could handle shield and buckler, whose faces were like the faces of lions, and were as swift as the roes upon the mountains;
9 Ezer the first, Obadiah the second, Eliab the third,
10 Mishmannah the fourth, Jeremiah the fifth,
11 Attai the sixth, Eliel the seventh,
12 Johanan the eighth, Elzabad the ninth,
13 Jeremiah the tenth, Machbanai the eleventh.
14 These were of the sons of Gad, captains of the host: one of the least was over an hundred, and the greatest over a thousand.
15 These are they that went over Jordan in the first month, when it had overflown all his banks; and they put to flight all them of the valleys, both toward the east, and toward the west.
16 And there came of the children of Benjamin and Judah to the hold unto David.
17 And David went out to meet them, and answered and said unto them, If ye be come peaceably unto me to help me, mine heart shall be knit unto you: but if ye be come to betray me to mine enemies, seeing there is no wrong in mine hands, the God of our fathers look thereon, and rebuke it.
18 Then the spirit came upon Amasai, who was chief of the captains, and he said, Thine are we, David, and on thy side, thou son of Jesse: peace, peace be unto thee, and peace be to thine helpers; for thy God helpeth thee. Then David received them, and made them captains of the band.
19 And there fell some of Manasseh to David, when he came with the Philistines against Saul to battle: but they helped them not: for the lords of the Philistines upon advisement sent him away, saying, He will fall to his master Saul to the jeopardy of our heads.
20 As he went to Ziklag, there fell to him of Manasseh, Adnah, and Jozabad, and Jediael, and Michael, and Jozabad, and Elihu, and Zilthai, captains of the thousands that were of Manasseh.
21 And they helped David against the band of the rovers: for they were all mighty men of valour, and were captains in the host.
22 For at that time day by day there came to David to help him, until it was a great host, like the host of God.
Reflexion by Noemi Dominguez:
Graduations are approaching and you don’t know what to give the graduate. “The best gifts to give: To your friend, loyalty; To your enemy, forgiveness; To your boss, service; to your child, a good example; To your parents, gratitude and devotion; To your partner, love and fidelity; To all men and women, charity.” [Oren Arnold]. First on the list is loyalty. For loyalty to exist there must be trust; and for trust to exist, there needs to be integrity. This incident proves that. David was fleeing Saul and took refuge in the enemy’s territory, dominated by the Philistines. There, descendants of Saul who was after him to eliminate him. ” David went out to meet them and said to them, “If you have come peacefully to me to help me, my heart shall be united with you; but if you have come to betray me to my adversaries, since there is no violence or wrong in my hands, may the God of our fathers look on [what you are doing] and punish [you].” Then the [Holy] Spirit came on Amasai, who was chief of the thirty, and he said, “We are yours, O David, And with you, O son of Jesse! Peace, peace be to you, And peace be to him who helps you; For your God helps you.” Then David accepted and received them and made them officers of his troops. ” [verses 17 and 18, Amplified Bible]. It is in adverse situations that loyalty is tested. Jesus burst into history where his enemy reigns and confronts us as David did to the Benjamites and as Jesus did to his disciples when all the rest of His followers were abandoning Him: Do you want to go too? He asked them. With the same inspiration of the same Spirit, Peter said, Lord to whom shall we go? You have the words of eternal life. With them we also say” “We are yours!
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