Salmo 23: Jehová es mi pastor.
1 Salmo de David. JEHOVA es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará yacer: Junto á aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma; Guiárame por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo: Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores: Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida: Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Reina-Valera Antigua (RVA)
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Reflexión por Noemi Dominguez:
Hay vestimentas que una medida sirven para todos los talles. Así también este salmo. El primero que de niños aprendemos; el soldado lo recuerda en la batalla, el enfermo en su lecho de dolor, el predicador desde el púlpito, el agobiado en busca de descanso y también el último que recitamos. No debe faltar en el botiquín de primeros auxilios, ni en la caja de herramientas, o en el portafolio del oficinista, ni tampoco en la mochila de estudiante o el costurero de la ama de casa. Un salmo apropiado para todas las ocasiones, incluyendo el último día del año. El año se termina, pero no así la compañía del Buen Pastor. Al recorrer diariamente junto a Él las páginas de las Sagradas Escrituras hemos gozado de Su provisión en la necesidad, Su descanso en la tormentas, Su corrección en nuestro errores, Su guía en nuestra incertidumbre, Su fortaleza en la oscuridad, Su esperanza que nos mantiene espiritualmente vivos. “Jehová es mi Pastor, me apacienta con amor, en sus pastos delicados paceré. Descansando sin temor al abrigo del Señor, de las aguas de reposo beberé. El Señor me pastorea, nada aquí me faltará. Junto a Él caminaré, en su brazo confiaré. Nada del amor de Dios me apartará” Enrique Turrall.
Psalm 23: The Lord the Shepherd of His People.
1 The Lord is my shepherd; I shall not want.
2 He maketh me to lie down in green pastures: he leadeth me beside the still waters.
3 He restoreth my soul: he leadeth me in the paths of righteousness for his name’s sake.
4 Yea, though I walk through the valley of the shadow of death, I will fear no evil: for thou art with me; thy rod and thy staff they comfort me.
5 Thou preparest a table before me in the presence of mine enemies: thou anointest my head with oil; my cup runneth over.
6 Surely goodness and mercy shall follow me all the days of my life: and I will dwell in the house of the Lord for ever.
King James Version (KJV)
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Reflexion by Noemi Dominguez:
There are garments that one size fit them fits all sizes. So is this psalm. The first psalm we learn as children; the soldier remembers it in battle, the sick in his bed of pain, the preacher from the pulpit, the overwhelmed in search of rest and also is one of the last ones we recite. It should not be missing in the first aid kit, the toolbox, or the office worker’s briefcase, nor in the student backpack or the housewife’s sewing box. An appropriate psalm for all occasions, including the last day of the year. The year is over, but not so the company of the Good Shepherd. As we walk daily with Him the pages of the Holy Scriptures we have enjoyed His provision in need, His safety in the storms of life, His correction in our mistakes, His guidance in our uncertainty, His strength in our darkness, His hope that keeps us spiritually alive. “In the heav’nly pastures fair, ’neath the tender Shepherd’s care, let us rest beside the living streams today; calmly there in peace recline, drinking in the truth divine, as His loving call we now with joy obey. Glorious stream of life eternal, beauteous fields of living green, tho’ revealed within the word of our shepherd and our Lord, by the pure in heart alone can they be seen” Henry Turrall.
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