Juan 12:27-50: Jesús anuncia su muerte.
27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? Padre, sálvame de esta hora. Mas por esto he venido en esta hora.
28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.
29 Y la gente que estaba presente, y había oído, decía que había sido trueno. Otros decían: Angel le ha hablado.
30 Respondió Jesús, y dijo: No ha venido esta voz por mi causa, mas por causa de vosotros.
31 Ahora es el juicio de este mundo: ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, á todos traeré á mí mismo.
33 Y esto decía dando á entender de qué muerte había de morir.
34 Respondióle la gente: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre: ¿cómo pues dices tú: Conviene que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del hombre?
35 Entonces Jesús les dice: Aun por un poco estará la luz entre vosotros: andad entre tanto que tenéis luz, porque no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe dónde va.
36 Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y fuése, y escondióse de ellos.
37 Empero habiendo hecho delante de ellos tantas señales, no creían en él.
38 Para que se cumpliese el dicho que dijo el profeta Isaías: ¿Señor, quién ha creído á nuestro dicho? ¿Y el brazo del Señor, á quién es revelado?
39 Por esto no podían creer, porque otra vez dijo Isaías:
40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Porque no vean con los ojos, y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane.
41 Estas cosas dijo Isaías cuando vió su gloria, y habló de él.
42 Con todo eso, aun de los príncipes, muchos creyeron en él; mas por causa de los Fariseos no lo confesaban, por no ser echados de la sinagoga.
43 Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
44 Mas Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;
45 Y el que me ve, ve al que me envió.
46 Yo la luz he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
47 Y el que oyere mis palabras, y no las creyere, yo no le juzgo; porque no he venido á juzgar al mundo, sino á salvar al mundo.
48 El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
49 Porque yo no he hablado de mí mismo; mas el Padre que me envió, él me dió mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
50 Y sé que su mandamiento es vida eterna: así que, lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, así hablo.
Reflexión por Noemi Dominguez:
“Padre, glorifica tu Nombre.» Vino entonces una voz del cielo: «Le he glorificado y de nuevo le glorificaré.» La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel.»” [versículos 28 y 29, Biblia de Jerusalén]. Escribe un columnista acerca de su búsqueda de aprobación paternal: “Recuerdo llegar a casa un día muy orgulloso de mi puntaje final de matemáticas del 92%. En lugar de felicitarme [mi padre] me preguntó: ¿qué pasó con el otro 8%? Me quedé despierto toda la noche durante semanas estudiando porque soy bastante malo en matemáticas de nivel superior.” [Financial Samurari]. Habían pasado varias décadas de este incidente y, sin embargo, el autor todavía tenia abiertas las heridas. Otros buscan tanto la aprobación terrenal que no se atreven a dar testimonio de su fe. Muchos, aún de los gobernantes, creyeron en Jesús pero no lo manifestaron “Porque amaban más el reconocimiento de los hombres que el reconocimiento de Dios.” [versículo 43, Biblia de las Américas]. “El reconocimiento de Dios;” me cautiva la frase. Dios el Padre siempre aprobó la labor de Su Hijo. Lo expresó públicamente en varias ocasiones; y lo hizo no solo con palabras, más aún, lo hizo levantándolo de lo muertos [Hechos 2:32]. “Todo lo que necesitas para encontrar y lograr el propósito de Dios en tu vida es el permiso y la aprobación de Dios, no de nadie más. Cuando estés en sintonía con Él, habrá un brillo en tu rostro que hará que la gente se pregunte qué estará ocurriendo en tu vida.” [Zig Ziglar]. Señor, eso es lo que quiero buscar: ¡Tu Divina aprobación!
Jonh 12:27-50: Jesus Predicts His Death on the Cross.
27 Now is my soul troubled; and what shall I say? Father, save me from this hour: but for this cause came I unto this hour.
28 Father, glorify thy name. Then came there a voice from heaven, saying, I have both glorified it, and will glorify it again.
29 The people therefore, that stood by, and heard it, said that it thundered: others said, An angel spake to him.
30 Jesus answered and said, This voice came not because of me, but for your sakes.
31 Now is the judgment of this world: now shall the prince of this world be cast out.
32 And I, if I be lifted up from the earth, will draw all men unto me.
33 This he said, signifying what death he should die.
34 The people answered him, We have heard out of the law that Christ abideth for ever: and how sayest thou, The Son of man must be lifted up? who is this Son of man?
35 Then Jesus said unto them, Yet a little while is the light with you. Walk while ye have the light, lest darkness come upon you: for he that walketh in darkness knoweth not whither he goeth.
36 While ye have light, believe in the light, that ye may be the children of light. These things spake Jesus, and departed, and did hide himself from them.
37 But though he had done so many miracles before them, yet they believed not on him:
38 That the saying of Esaias the prophet might be fulfilled, which he spake, Lord, who hath believed our report? and to whom hath the arm of the Lord been revealed?
39 Therefore they could not believe, because that Esaias said again,
40 He hath blinded their eyes, and hardened their heart; that they should not see with their eyes, nor understand with their heart, and be converted, and I should heal them.
41 These things said Esaias, when he saw his glory, and spake of him.
42 Nevertheless among the chief rulers also many believed on him; but because of the Pharisees they did not confess him, lest they should be put out of the synagogue:
43 For they loved the praise of men more than the praise of God.
44 Jesus cried and said, He that believeth on me, believeth not on me, but on him that sent me.
45 And he that seeth me seeth him that sent me.
46 I am come a light into the world, that whosoever believeth on me should not abide in darkness.
47 And if any man hear my words, and believe not, I judge him not: for I came not to judge the world, but to save the world.
48 He that rejecteth me, and receiveth not my words, hath one that judgeth him: the word that I have spoken, the same shall judge him in the last day.
49 For I have not spoken of myself; but the Father which sent me, he gave me a commandment, what I should say, and what I should speak.
50 And I know that his commandment is life everlasting: whatsoever I speak therefore, even as the Father said unto me, so I speak.
Reflexion by Noemi Dominguez:
“Father, glorify your Name.” Then came a voice from heaven: “A voice from heaven then said, “I have already brought glory to myself, and I will do it again!” When the crowd heard the voice, some of them thought it was thunder. Others thought an angel had spoken to Jesus.” [verses 28 and 29, Contemporary English Version]. A columnist writes about his search for his father’s approval: “I remember coming home one day all proud of my 92% math final score. Instead of congratulating me he asked what happened to the other 8%. I stayed up all night for weeks studying because I’m pretty bad at higher level math.” [Financial Samurari]. Several decades had passed since this incident, and yet the author still had his wounds open. Others seek earthly approval so much that they dare not bear witness to their faith. Many, even of the rulers, believed in Jesus but did not show it “for they loved the approval of men more than the approval of God.” [verse 43, Amplified Bible]. “The approval of God;” the phrase captivates me. God the Father always approved of His Son’s work. He expressed it publicly on several occasions; and he did it not only with words, but even more, He did it raising Him from the dead [Acts 2:32]. “All you need to find and accomplish God’s purpose in your life is God’s permission and approval–not anyone else’s. When you get in step with Him, there will be a glow on your face that will make people wonder what you’re up to.” [Zig Ziglar]. Lord, that is what I want to seek: Your Divine approval!
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