2 Crónicas 7: 12-22 Pacto de Dios con Salomón.
12 Y apareció Jehová á Salomón de noche, y díjole: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por casa de sacrificio.
13 Si yo cerrare los cielos, que no haya lluvia, y si mandare á la langosta que consuma la tierra, ó si enviare pestilencia á mi pueblo;
14 Si se humillare mi pueblo, sobre los cuales ni nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
15 Ahora estarán abiertos mis ojos, y atentos mis oídos, á la oración en este lugar:
16 Pues que ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.
17 Y tú, si anduvieres delante de mí, como anduvo David tu padre, é hicieres todas las cosas que yo te he mandado, y guardares mis estatutos y mis derechos,
18 Yo confirmaré el trono de tu reino, como concerté con David tu padre, diciendo: No faltará varón de ti que domine en Israel.
19 Mas si vosotros os volviereis, y dejareis mis estatutos y mis preceptos que os he propuesto, y fuereis y sirviereis á dioses ajenos, y los adorareis,
20 Yo los arrancaré de mi tierra que les he dado; y esta casa que he santificado á mi nombre, yo la echaré de delante de mí, y pondréla por proverbio y fábula en todos los pueblos.
21 Y esta casa que habrá sido ilustre, será espanto á todo el que pasare, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová á esta tierra y á esta casa?
22 Y se responderá: Por cuanto dejaron á Jehová Dios de sus padres, el cual los sacó de la tierra de Egipto, y han abrazado dioses ajenos, y los adoraron y sirvieron: por eso él ha traído todo este mal sobre ellos.
Reflexión por Noemi Dominguez:
En el contexto de una crisis ocasionada por nuestros propios errores, no es el castigo en lo que Dios insiste o se deleita, es su llamado para que experimentemos el profundo gozo del perdón y la gracia de la restauración. “… si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” El camino a la restauración no consta de cuatro paradas independientes, son cuatro aspectos distintos en una secuencia de pasos íntimamente relacionados unos con otros que comienza con una sincera humillación y culmina con una completa restauración. Humillarse incluye el reconocimiento de que hemos hecho algo mal delante de Dios y de los demás, es inclinarse avergonzado ante la santidad de Dios. Incluye también aceptar nuestra responsabilidad por los pecados cometidos. Mediante la oración, el medio divino de comunicarnos con nuestro creador, buscamos el rostro de Dios. Convertirse dar vuelta y no seguir por el mismo camino. Convertirse incluye el arrepentimiento. “Arrepentirse es mucho más que pedirle disculpas a Dios.”[]. Tampoco es remordimiento. Es cambiar de actitud y de conducta. Cuando esto ocurre, descubriremos la inmensa gracia de Dios manifestada en el perdón y la restauración. ¿Estas pasando un situación difícil en tu vida? No te desesperes, aún hay esperanza, Sus ojos están abiertos y sus oídos atentos a tu más mínima intención de volver a Él.
2 Chronicles 7:12-22: Solomon Dedicates the Temple.
12 And the Lord appeared to Solomon by night, and said unto him, I have heard thy prayer, and have chosen this place to myself for an house of sacrifice.
13 If I shut up heaven that there be no rain, or if I command the locusts to devour the land, or if I send pestilence among my people;
14 If my people, which are called by my name, shall humble themselves, and pray, and seek my face, and turn from their wicked ways; then will I hear from heaven, and will forgive their sin, and will heal their land.
15 Now mine eyes shall be open, and mine ears attent unto the prayer that is made in this place.
16 For now have I chosen and sanctified this house, that my name may be there for ever: and mine eyes and mine heart shall be there perpetually.
17 And as for thee, if thou wilt walk before me, as David thy father walked, and do according to all that I have commanded thee, and shalt observe my statutes and my judgments;
18 Then will I stablish the throne of thy kingdom, according as I have covenanted with David thy father, saying, There shall not fail thee a man to be ruler in Israel.
19 But if ye turn away, and forsake my statutes and my commandments, which I have set before you, and shall go and serve other gods, and worship them;
20 Then will I pluck them up by the roots out of my land which I have given them; and this house, which I have sanctified for my name, will I cast out of my sight, and will make it to be a proverb and a byword among all nations.
21 And this house, which is high, shall be an astonishment to every one that passeth by it; so that he shall say, Why hath the Lord done thus unto this land, and unto this house?
22 And it shall be answered, Because they forsook the Lord God of their fathers, which brought them forth out of the land of Egypt, and laid hold on other gods, and worshipped them, and served them: therefore hath he brought all this evil upon them.
Reflexion by Noemi Dominguez:
In the context of a crisis caused by our own mistakes, it is not punishment that God insists on or delights in, it is His call for us to experience the deep joy of forgiveness and the grace of restoration. “… if my people, who are called by my name, will humble themselves and pray and seek my face and turn from their wicked ways, then I will hear from heaven, and I will forgive their sin and will heal their land.” [verse 14, New International Version]. The road to restoration does not consist of four independent stops, they are four distinct aspects in a sequence of steps intimately related to each other that begins with sincere humiliation and culminates with complete restoration. To humble oneself includes acknowledging that we have done something wrong before God and others, it is bowing in shame before God’s holiness. It also includes accepting our responsibility for sins committed. Through prayer, the divine means of communicating with our Creator, we seek the face of God. We then must turn around and not follow the same path we were on. Conversion includes repentance. “Repenting is much more than apologizing to God.” [unknwon author]. Nor is it remorse. It is to change attitude and behavior. When this happens, we will discover God’s immense grace manifested in forgiveness and restoration. Are you going through a difficult situation in your life? Do not despair, there is still hope, His eyes are open and His ears attentive to your slightest intention to return to Him.
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