1 Crónicas 23:20-32: Los levitas y sus obligaciones.
20 Los hijos de Uzziel: Michâ el primero, é Isía el segundo.
21 Los hijos de Merari: Mahali y Musi. Los hijos de Mahali: Eleazar y Cis.
22 Y murió Eleazar sin hijos, mas tuvo hijas; y los hijos de Cis, sus hermanos, las tomaron por mujeres.
23 Los hijos de Musi: Mahali, Eder y Jerimoth, ellos tres.
24 Estos son los hijos de Leví en las familias de sus padres, cabeceras de familias en sus delineaciones, contados por sus nombres, por sus cabezas, los cuales hacían obra en el ministerio de la casa de Jehová, de veinte años arriba.
25 Porque David dijo: Jehová Dios de Israel ha dado reposo á su pueblo Israel, y el habitar en Jerusalem para siempre.
26 Y también los Levitas no llevarán más el tabernáculo, y todos sus vasos para su ministerio.
27 Así que, conforme á las postreras palabras de David, fué la cuenta de los hijos de Leví de veinte años arriba.
28 Y estaban bajo la mano de los hijos de Aarón, para ministrar en la casa de Jehová, en los atrios y en las cámaras, y en la purificación de toda cosa santificada, y en la demás obra del ministerio de la casa de Dios;
29 Asimismo para los panes de la proposición, y para la flor de la harina para el sacrificio, y para las hojuelas sin levadura, y para la fruta de sartén, y para lo tostado, y para toda medida y cuenta;
30 Y para que asistiesen cada mañana todos los días á confesar y alabar á Jehová, y asimismo á la tarde;
31 Y para ofrecer todos los holocaustos á Jehová los sábados, nuevas lunas, y solemnidades, por la cuenta y forma que tenían, continuamente delante de Jehová.
32 Y para que tuviesen la guarda del tabernáculo del testimonio, y la guarda del santuario, y las órdenes de los hijos de Aarón sus hermanos, en el ministerio de la casa de Jehová.
Reflexión por Noemi Dominguez:
“Nadie puede volver atrás y comenzar de nuevo [el día], pero cualquiera puede comenzar hoy y hacer un nuevo final”. [Maria Robinson]. “La mañana es un momento importante del día porque la forma en que pasas la mañana a menudo puede decirte qué tipo de día vas a tener”. [Lemony Snicket]. “Cada mañana y cada tarde debían estar presentes para agradecer y alabar al Señor.” [versículo 30, Nueva Versión Internacional]. La disciplina nos ayuda a crear hábitos. Los hábitos, una vez establecidos, nos ahorran el tiempo y el esfuerzo que requiere el tener que hacer muchas decisiones. No necesitas decidir lavar tus dientes, tomar café o tender la cama cada mañana, o asistir los domingos a la iglesia. El crear un nuevo hábito no solo lleva tiempo, también depende de la importancia que le demos a ello. Por la mañana agradecemos por la vida, por las fuerzas que Dios nos da y por la capacidad de hacer lo que podemos hacer. La gratitud que resulta en alabanza a Dios nos condiciona para enfrentar lo que vendrá, y la reflexión vespertina nos permite agradecer por las experiencias vividas y por las cosas de las cuales Dios nos libró. Cada mañana trae con ella la esperanza de un nuevo comienzo, una nueva oportunidad. Cada atardecer nos da la oportunidad de mirar para atrás, y agradecer por el camino andado. “asistir cada mañana todos los días a dar gracias y tributar alabanzas a Jehová, y asimismo por la tarde” [versículo 30, Reina Varela 1960]. ¡Amado Jesus, que nunca pierda este bendito hábito mientras tenga aliento!
1 Chronicles 23: The Divisions of the Levites.
20 Of the sons of Uzziel; Micah the first and Jesiah the second.
21 The sons of Merari; Mahli, and Mushi. The sons of Mahli; Eleazar, and Kish.
22 And Eleazar died, and had no sons, but daughters: and their brethren the sons of Kish took them.
23 The sons of Mushi; Mahli, and Eder, and Jeremoth, three.
24 These were the sons of Levi after the house of their fathers; even the chief of the fathers, as they were counted by number of names by their polls, that did the work for the service of the house of the Lord, from the age of twenty years and upward.
25 For David said, The Lord God of Israel hath given rest unto his people, that they may dwell in Jerusalem for ever:
26 And also unto the Levites; they shall no more carry the tabernacle, nor any vessels of it for the service thereof.
27 For by the last words of David the Levites were numbered from twenty years old and above:
28 Because their office was to wait on the sons of Aaron for the service of the house of the Lord, in the courts, and in the chambers, and in the purifying of all holy things, and the work of the service of the house of God;
29 Both for the shewbread, and for the fine flour for meat offering, and for the unleavened cakes, and for that which is baked in the pan, and for that which is fried, and for all manner of measure and size;
30 And to stand every morning to thank and praise the Lord, and likewise at even:
31 And to offer all burnt sacrifices unto the Lord in the sabbaths, in the new moons, and on the set feasts, by number, according to the order commanded unto them, continually before the Lord:
32 And that they should keep the charge of the tabernacle of the congregation, and the charge of the holy place, and the charge of the sons of Aaron their brethren, in the service of the house of the Lord.
Reflexion by Noemi Dominguez:
“No one can go back and start [the day] again, but anyone can start today and make a new ending.” [Maria Robinson]. “The morning is an important time of day because the way you spend the morning can often tell you what kind of day you’re going to have.” [Lemony Snicket]. “Also they were to be present for morning prayers, thanking and praising God, for evening prayers” [verse 30, The Message]. Discipline helps us create habits. Habits, once established, save us the time and effort required to make many decisions. You don’t need to decide whether to brush your teeth, drink coffee or make your bed every morning, or to attend church on Sundays. Creating a new habit, however, not only takes time; it also depends on the importance we give to it. In the morning we give thanks for life, for the strength that God gives us and for the ability to do what we can do. Gratitude that results in praise to God conditions us to face what is to come, and an evening reflection allows us to give thanks for our experiences and for the things God delivered us from. Every morning brings with it the hope of a new beginning, a new opportunity. Each sunset gives us the opportunity to look back, and thank Him for the road traveled. They were “to stand every morning to thank and praise the Lord, and likewise at evening,” [verse 30, Amplified Bible]. Dear Jesus, may I never lose this blessed habit while I have breath!
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