Salmos 42: Mi alma tiene sed de Dios.
1 Al Músico principal: Masquil á los hijos de Coré. COMO el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: Cuándo vendré, y pareceré delante de Dios!
3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
4 Acordaréme de estas cosas, y derramaré sobre mí mi alma: Cuando pasaré en el número, iré con ellos hasta la casa de Dios, Con voz de alegría y de alabanza, haciendo fiesta la multitud.
5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te conturbas en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar Por las saludes de su presencia.
6 Dios mío, mi alma está en mí abatida: Acordaréme por tanto de ti desde tierra del Jordán, Y de los Hermonitas, desde el monte de Mizhar.
7 Un abismo llama á otro á la voz de tus canales: Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
8 De día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su canción será conmigo, Y oración al Dios de mi vida.
9 Diré á Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
10 Mientras se están quebrantando mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
11 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te conturbas en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar; Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío.
Reina-Valera Antigua (RVA)
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Reflexión por Noemi Dominguez:
David estaba huyendo de su hijo Absalón y al ir alejándose de Jerusalén va dejando atrás las escenas familiares; nostálgicamente atesorando los recuerdos de los tiempos de alegría que fueron quedando atrás. David se pregunta: ¿Por qué estás deprimida, oh alma mía? ¿Por qué te turbas dentro de mí? [versículo 5]. ¿Porque te traicionó tu hijo? ¿Porque has perdido un ser querido? ¿Porque no tienes trabajo? ¿Porque tus hijos andan mal? ¿Porque no te llevas bien con tu pareja? ¿Porque te sientes solo o sola? Este es un diálogo lógico para una persona que está sufriendo y generalmente no sabe la respuesta. “No sé por qué la gracia del Señor me hizo conocer; Ni sé por qué su salvación me dio y salvo soy por él. No sé por qué la gracia del Señor en mí por fe se demostró; Ni sé por qué si solo creo en El, la paz encontraré. No sé por qué el Espíritu de Dios convence de pecar; Ni sé por qué revela al pecador, cuán negra es la maldad No sé la hora en que el Señor vendrá; de día o en oscuridad; ¿Será en el valle o en el mar, que mi Jesús vendrá?” [Daniel W. Whittle]. ¡Hay tanto que no se! Pero “yo sé en quién he puesto mi confianza y estoy seguro de que él es capaz de guardar lo que le he confiado hasta el día de su regreso.” [2 Timoteo 1:12, Versión Nueva Traducción Viviente]. El salmista no nos deja en incertidumbre: “¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios! [versículo 11, Nueva Versión Internacional].
Psalm 42: Yearning for God in the Midst of Distresses.
1 As the hart panteth after the water brooks, so panteth my soul after thee, O God.
2 My soul thirsteth for God, for the living God: when shall I come and appear before God?
3 My tears have been my meat day and night, while they continually say unto me, Where is thy God?
4 When I remember these things, I pour out my soul in me: for I had gone with the multitude, I went with them to the house of God, with the voice of joy and praise, with a multitude that kept holyday.
5 Why art thou cast down, O my soul? and why art thou disquieted in me? hope thou in God: for I shall yet praise him for the help of his countenance.
6 O my God, my soul is cast down within me: therefore will I remember thee from the land of Jordan, and of the Hermonites, from the hill Mizar.
7 Deep calleth unto deep at the noise of thy waterspouts: all thy waves and thy billows are gone over me.
8 Yet the Lord will command his lovingkindness in the day time, and in the night his song shall be with me, and my prayer unto the God of my life.
9 I will say unto God my rock, Why hast thou forgotten me? why go I mourning because of the oppression of the enemy?
10 As with a sword in my bones, mine enemies reproach me; while they say daily unto me, Where is thy God?
11 Why art thou cast down, O my soul? and why art thou disquieted within me? hope thou in God: for I shall yet praise him, who is the health of my countenance, and my God.
King James Version (KJV)
Public Domain
Reflexion by Noemi Dominguez:
David is fleeing his son Absalom and as he walks away from Jerusalem, he leaves behind the familiar scenes and he treasures the nostalgic memories of the times of joy that were left behind. David wonders: Why are you depressed, Oh my soul? Why are you troubled inside of me? [verse 5]. Is it because your son betrayed you? Is it because you have lost a loved one? Or is it because you lost your job? Or because your kids have lost the way? Or is it because you don’t you get along with your partner? Or because are you so lonely? This is a logical dialogue for a person who is suffering and who generally does not know the answer. “I know not why God’s wondrous grace to me He hath made known, nor why, unworthy, Christ in love redeemed me for His own. I know not how this saving faith to me He did impart, nor how believing in His Word wrought peace within my heart. I know not how the Spirit moves, convincing men of sin, revealing Jesus through the Word, creating faith in Him. I know not what of good or ill may be reserved for me, of weary ways or golden days, before His face I see. I know not when my Lord may come, at night or noonday fair, nor if I walk the vale with Him, or meet Him in the air. But “I know Whom I have believed and am persuaded that He is able to keep that which I’ve committed unto Him against that day.” [Daniel W. Whittle]. There’s so much I don’t know! But I know whom I’ve put my trust in and I’m sure he’s able to keep what I’ve entrusted to him until the day he returns” [2 Timothy 1:12, New Living Translation Version]. The Psalmist does not leave us in uncertainty: ” Why, my soul, are you downcast? Why so disturbed within me? Put your hope in God, for I will yet praise him, my Savior, and my God! [verse 11, New International Version].
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